En 2023, más de un siglo después de haberse iniciado esta ceremonia, el sacerdote mayor de Ifá en Cuba, Antonio Sevilla Rodríguez, encabezó el rito de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, en la que se vaticina el futuro del año que comienza.
De acuerdo a la Letra del Año de la institución oficialista, la divinidad regente es Obatalá, el dueño de las cabezas, el creador de la Tierra, dueño de la inteligencia, los pensamientos, los sueños humanos y lo acompaña Oshún, que personifica el amor y la fertilidad.
La oración profética se traduce como "muerte o cese de funciones por desobediencia defiende Orula".
“La letra del año pronostica un avance muy grande para el país, para el mundo porque el signo regente dice que va a haber progreso en la tierra y progreso en la tierra es progreso en la agricultura, en general, lo que sucede es que si no nos cuidamos nosotros mismos perdemos la cabeza”, advirtió Sevilla Rodríguez en conversación con Radio Televisión Martí.
El oráculo de Ifá consultado por los babalawos cubanos para el 2023, presagia un incremento de enfermedades asociadas a la garganta y la columna vertebral, y de las enfermedades transmitidas por vectores.
Igualmente vaticina el aumento del deterioro del sistema nervioso debido al estrés y de los padecimientos relacionados con la presión arterial.
Predice, además, "desastres naturales por huracanes, agitaciones del mar y crecidas de ríos con pérdidas económicas y humanas".
El augurio recomienda “un cambio de mentalidad que facilite el desarrollo para nuevas perspectivas socioeconómicas”. Así como “potenciar legalmente las posibilidades económicas internas en la producción agroindustrial”.
“Se trata de un cambio general, individual y colectivo, lo mismo política que religiosamente, el cambio de mentalidad a favor de pueblo, de todo”, agregó el sacerdote de Ifá.
También "retomar como prioridad las medidas preventivas sanitarias en el país para limitar la proliferación de enfermedades contagiosas", "aumentar el trabajo educativo contra la violencia doméstica y el respeto a las mujeres, niños y ancianos" y "fomentar la unión de los religiosos independientemente del culto que profese".
En ese sentido Sevilla expresó que “va a haber mucha mortalidad religiosa porque estamos haciendo cosas que no se deben hacer dentro de la religión. No nos respetamos entre nosotros, no respetamos al padrino y no respetamos a los ahijados”.
La liturgia adivinatoria prevé un aumento de “las actividades delictivas violentas y de robos” y el incremento “del consumo de alcohol en la población que genera problemas sociales”.
Sevilla Rodríguez, consagrado en el culto de Ifá hace más de 12 lustros, leyó la Letra del Año con el apoyo de la Junta Directiva de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba y el Consejo de Sacerdotes Mayores, reunidos el 31 de diciembre de 2022 en su sede de Prado número 615, entre Monte y Dragones, La Habana Vieja.
El texto de la Letra del Año de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, publicado en Facebook y reproducido en el diario Cubadebate, despierta desconfianza entre los fieles debido a su carácter legal por lo que muchas personas opinan que intenta complacer al régimen.
“Eso no es cierto. Nosotros trabajamos religiosamente y nos ajustamos a la religión. No somos políticos, lo que el Estado hace son reuniones y tenemos que participar en ellas”, explicó.
“Somos los máximos responsables de la Letra del Año. En Palmira [Cienfuegos] se saca la Letra del Año desde 1919, que la llevó Taita Gaitán para allá, y después que se fundó la sociedad yoruba se empezó a sacar la Letra del Año aquí. Entonces las únicas Letras del Año que rigen en nuestro país, legalmente, son la de la Sociedad El Cristo de Palmira y la de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba.
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