Si las compañías que hasta ahora planean realizar cruceros de Estados Unidos a Cuba reciben el permiso, el gobierno comunista cubano podría ganar más de 80 millones de dólares anuales, aseguró el Consejo para la Economía y el Comercio Estados Unidos-Cuba en un informe divulgado este lunes.
El pasado domingo, el crucero Adonia, de la firman Fathom, que opera bajo la empresa Carnival Cruise Line, partió rumbo a La Habana con 704 pasajeros a bordo, inaugurando el primero de 26 viajes que tiene previstos para esta temporada.
“Los precios por persona comienzan en los $1.800 en un viaje de siete días, y a bordo les ofrecen a los pasajeros talleres sobre la historia y la cultura cubana, música y comidas típicas, para cumplir con las regulaciones de pueblo a pueblo del gobierno estadounidense”, destacó Gricel González, reportera de TV Martí.
Funcionarios de la compañía de cruceros estiman que los ingresos por impuestos y servicios que recibe directamente el gobierno cubano son de aproximadamente $208 por persona.
Cruceros, una fuente fácil de ingresos
Antes de que Fidel Castro asumiera el poder tras la revolución en 1959, los cruceros viajaban con regularidad entre ambos países. Elegantes excursiones al Caribe zarpaban desde Nueva York, y dos veces por semana salían desde Miami recorridos de fin de semana por 42 dólares la noche, dijo a la agencia de noticias Associated Press (AP), Michael L. Grace, un historiador de los cruceros que radica en California.
Con la implantación del gobierno comunista en Cuba los cruceros fueron suspendidos por completo tras la ruptura de relaciones con Estados Unidos.
Sin embargo, en 1977, bajo el gobierno de Jimmy Carter, 400 pasajeros, entre ellos la leyenda del jazz Dizzy Gillespie, viajaron de Nueva Orleans a Cuba a bordo del llamado "Crucero del Jazz", el MS Daphne.
Al año siguiente el Daphne hizo varios viajes de Nueva Orleans a Cuba y otros destinos en el Caribe.
Cuba cortó todo turismo de crucero en 2005, después de que Fidel Castro arremetió contra este tipo de viajes durante un discurso televisado de cuatro horas y media.
"Vienen hoteles flotantes, restaurantes flotantes, teatros flotantes, diversión flotante, visitan los países para dejarles la basura, las latas vacías y los papeles por unos cuantos miserables centavos", afirmó el gobernante.
En la actualidad, destaca AP, el gobierno comunista cubano encabezado por Raúl Castro considera los cruceros una fuente fácil de ingresos que puede atraer a miles de viajeros estadounidenses sin saturar más los hoteles ni estrechar más el suministro de alimentos, que opera al límite de su capacidad.
La cantidad de turistas de EEUU que llegan en buque a La Habana, en cruceros registrados en terceros países y que zarpan de otros puertos en el Caribe, ha aumentado desde 2014. Sin embargo, el número es aún bajo para una atracción turística de gran importancia que está a sólo a 90 millas de las costas de la Florida.