Miembros de la Sociedad civil afirmaron este domingo a Martí Noticias que la recuperación del fondo habitacional en Cuba no avanza con la celeridad que necesitan los afectados por los desastres, aun considerando las cifras oficiales.
Durante una reunión este sábado, en la que participó el gobernante Miguel Díaz-Canel, las autoridades reiteraron que el Huracán Ian dejó un total de 103,559 afectaciones en viviendas, entre derrumbes totales y parciales y otros perjuicios, fundamentalmente, en Pinar del Río, Artemisa, La Habana, Mayabeque, Matanzas e Isla de Pinos.
“Las cifras de la oficialidad no son, para nada, confiables. No es mi opinión, eso fue reconocido, oficialmente, años atrás por ellos mismos; es decir, que estamos partiendo de datos que son dudosos”, indicó, desde Mariel, Artemisa, Moisés Leonardo Rodríguez, coordinador de la organización independiente Corriente Martiana.
“En la práctica, lo que se ve es que no se avanza a un ritmo como debía ser, pero no es de extrañar, porque no se trata solo de las viviendas que son afectadas durante eventos climatológicos. Es que la desidia de la dictadura hace que viviendas, continuamente, estén sufriendo derrumbes, estén deteriorándose, y vemos que el número de cubanos con el derecho a una vivienda adecuada satisfecho, no es, posiblemente, ni la mitad de la población”, destacó el opositor.
“Ellos [los dirigentes del régimen] hablan de que hay un déficit de cerca de un millón de viviendas, pero cuando uno mira a su alrededor, ve situaciones en las que, por ejemplo, en mi caso, vivimos tres generaciones en una casa que fue hecha a finales del siglo XIX, que tiene problemas en el techo. No tenemos el derecho a una vivienda adecuada satisfecho todos los que residimos en ella, en este caso, seis personas”.
Cuba tiene un déficit de más de 800 mil viviendas, trascendió en la reunión del Consejo de Ministros, donde se discutieron los atrasos en el cumplimiento de la llamada política de la vivienda.
“Se pone uno a mirar, solo a su alrededor y se da cuenta de que mucho más de la mitad de la población no tiene ese derecho satisfecho”, señaló Rodríguez.
“Cuando vemos las soluciones que muestran en la televisión, ¿qué vemos? Casitas de madera, que, como en el cuento del lobo, en cuanto venga el próximo evento, serán también afectadas. De entrada, se están usando techos de asbesto cemento que en el mundo entero está prohibido, porque tienden a provocar cáncer, pero, además, esos techos no resisten los embates del viento”, agregó.
“La solución está en una sola cosa: en el cambio del sistema. El sistema ha demostrado una incapacidad total para solucionar algunos de los problemas que se dijo que iban a ser resueltos antes de que tomaran el poder. Estamos ante otro discurso más: analizan, reconocen, pero de ahí no pasan”, recalcó Rodríguez.
De acuerdo a las autoridades, Pinar del Río, donde el huracán Ian dañó más de 100 mil viviendas, la recuperación está al 51 por ciento. La rehabilitación de los techos perdidos parcialmente reporta 67 por ciento de cumplimiento, y los afectados totalmente, 38 por ciento.
Pero la realidad es que, para la mayoría de los damnificados, Ian está pasando aún, coincidió el presidente de la Liga de Campesinos de Cuba, Esteban Ajete, residente en San Diego de los Baños, en Pinar del Río.
“Yo considero que algunos parciales han sido recuperados, pero la mayoría de los derrumbes totales están, en estos momentos, sin recuperar”.
El Gobierno cubano informó a principios de septiembre que, a un año del fenómeno meteorológico, solo se ha recuperado el 43% de las más de 100 mil viviendas dañadas, y que se han levantado apenas 427 inmuebles de los 12.805 derrumbes totales.
“Las personas han hecho, por sus propios esfuerzos, facilidades temporales, quiere decir, con la misma madera que quedó de la vivienda afectada, hicieron casitas más pequeñas, y ahí están viviendo sin condiciones adecuadas”, dijo Ajete.
“Aquí, en la provincia de Pinar del Río, los materiales de construcción que se están resolviendo son por la bolsa negra y a un precio exorbitante”, apuntó.
Como líder de la Liga de Campesinos de Cuba, Ajete ha recibido denuncias de campesinos que están viviendo en condiciones deplorables, incluidos afectados por ciclones anteriores a Ian.
El opositor enumeró causas tan disímiles como la negligencia de las autoridades, la escasez de materias primas para elaborar materiales de construcción y la carestía de combustible.
“En Cuba no existe una industria de la construcción que tenga que ver con los insumos, con los materiales, con el cemento, con los áridos, la arena, las gravillas, con el acero. Según ellos, está falta de materia prima es debido al ‘bloqueo’, que es la justificación que utilizan constantemente”, remachó.
“Entonces, el poco material que entra de la construcción, existe una mafia interna en el “mercado negro”, donde esos materiales, cuando llegan a los puntos de entrega, ya estas personas los tienen pagados a sobreprecio, y entonces se desvían los materiales”, lamentó.
Ajete afirma que las autoridades sí entregaron materiales, aunque insuficientes, pero muchos de los damnificados han tenido que vendelos para comprar alimentos.
“Hay varios factores que han influido, cuestiones que el gobierno no las da a conocer a través de los medios de difusión masiva”, dijo el campesino.
“Han priorizado el sector agrícola en lo que es las casas de tabaco. Han desviado mucha fuerza laboral, muchos materiales, para reconstruir las casas de tabaco que se cayeron, y han dejado un poco de lado al sector residencial”, añadió Ajete.
De las 12,000 casas de secado de la hoja de tabaco afectadas por el huracán, 3.816 ya se han reconstruido por completo, y otras 1.180 están en proceso.
Como otro de los factores que afectan la recuperación de los inmuebles dañados, el líder campesino mencionó la "poca privatización, porque ahora hay ciertas mipymes de la construcción, pero cobran precios que la mayoría de los cubanos no pueden pagar para la construcción de una vivienda”.
“También, poca fuerza laboral porque las personas que trabajan en las entidades estatales de la construcción, no quieren trabajar, porque ganan muy poco por un trabajo fuertísimo bajo el sol”.
“Todo esto influye en que haya un atraso, una lentitud en la construcción de viviendas, no solo el clima, pero es, precisamente el huracán comunismo, como diría yo”, concluyó Ajete.
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