El 30 de septiembre, las fuerzas armadas de Rusia cumplieron el quinto aniversario de su intervención en la guerra de Siria. Las consecuencias han sido devastadoras para los civiles sirios, quienes han pagado con miles de muertos y millones de personas que han tenido que abandonar sus hogares, denuncia Human Rights Watch (HRW) en un nuevo informe:
Aunque todos los bandos en el conflicto han cometido serias violaciones a las leyes de guerra, la intervención de Rusia se ha caracterizado por el indiscriminado bombardeo de escuelas, hospitales y mercados, o sea, la esencial infraestructura civil para la supervivencia social.
El costo para la sociedad civil siria es incalculable, pero el pueblo ruso tal vez no comprenda que está financiando este tremendo abuso en su propio perjuicio.
Mientras la participación armada de Rusia en Siria comienza a arrastrarse a su sexto año, el ciudadano común ruso debería preguntarse por qué los “rublos de sus impuestos” son usados para bombardear escuelas y hospitales en Siria.
La intervención rusa incluye el emplazamiento de aviones de ataque y transporte, “drones” de vigilancia por control remoto y personal militar que incluye asesores, controladores aéreos, fuerzas especiales y policía militar.
En por lo menos uno de los casos, un oficial ruso tuvo el comando de la totalidad de un cuerpo del ejército Sirio. La coordinación de dicho apoyo involucró a los más altos niveles del ejército ruso, del Ministerio de Defensa y hasta del presidente Vladimir Putin.
En sólo los primeros seis meses de la intervención rusa en Siria, el Putin dijo que la guerra le costó aproximadamente 33 billones de rublos. Otro estudio pone el costo de las operaciones, entre los 2.4 y 4 millones de dólares por día.
Un oficial anónimo del Gobierno de Rusia declaró a la prensa de su país que a fines del año 2015, Rusia gastaba inicialmente 244 millones de rublos por día, pero que dicha suma casi se ha duplicado hasta llegar a los 444 millones de rublos en la actualidad.
Un análisis detallado muestra que en 2015, cada ataque aéreo costaba hasta 5 millones y medio de rublos, concluyendo que Rusia gastó más de 1.000 millones de rublos por semana, sólo en ataques aéreos.
Un estudio realizado en 2018 por Yabloko, determina que desde septiembre de 2015 hasta marzo de 2018, el costo fue de 245 billones de rublos.
Una maestra de escuela de Ariha, en Idlib, describió cómo un cohete ruso explotó cerca de su escuela. El ataque mató a 13 civiles e hirió a otras 25 personas.
Las investigaciones realizadas sugieren que dichos ataques sobre la infraestructura civil, en áreas densamente pobladas en las que no existen objetivos militares, fueron deliberados y su objetivo pudo haber sido privar a los civiles de su sustento y obligarles a emprender la fuga.
Con más de 20 millones de ciudadanos rusos que viven en la pobreza y muchos que luchan por conseguir un básico cuidado de salud, alimentación y educación, los ciudadanos rusos deberían levantarse en protesta y poner fin a todo esto.
Los rusos no deberían financiar la matanza de civiles en Siria, concluyó HRW.