La organización Reporteros sin Fronteras (RSF), organización de defensa de la libertad de información, exhortó en una carta dirigida al presidente francés François Hollande a estar a la altura de su "histórica visita a Cuba" y cumplir con la "responsabilidad histórica" de pedir a Raúl Castro que mejore la situación de la libertad de información en la isla.
La misiva firmada por Christophe Deloire, secretario general de esta organización, recuerda que Cuba año tras año se ubica como el último del continente americano en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras y que en el 2015 llegó al lugar 169, entre 180 países.
Para Reporteros sin Fronteras, Hollande, al ser el primer Jefe de Estado francés que visite Cuba desde 1959 y el primer mandatario occidental en hacerlo desde el anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, tiene la importante misión de pedir al gobernante cubano que ponga fin a la represión y a la censura de los actores de la información independiente y que permita a organizaciones internacionales de defensa de los Derechos Humanos y de la libertad de expresión e información que trabajen en la isla.
A continuación reproducimos el texto de la carta:
François Hollande
Presidente de la República
Palacio del Elíseo
55 Rue du Faubourg Saint‐Honoré
75008 París
París, 7 de mayo de 2015
Señor presidente,
Antes de que realice su viaje a Cuba, Reporteros sin Fronteras (RSF), organización de defensa de la libertad de información, desea llamar su atención respecto a la situación –que sigue siendo muy crítica– de los periodistas profesionales y amateurs en Cuba. Este país, que año tras año se ubica como el último del continente americano en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras, ocupó en 2015 el lugar 169, entre 180 países. Esta posición refleja la evidente falta de pluralismo y la difícil y peligrosa situación en que se desenvuelven los periodistas y blogueros independientes para evadir la censura y publicar información independiente.
A visita histórica, responsabilidad histórica: en la columna que usted escribió y que fue publicada en Le Nouvel Observateur el 27 de febrero de 2003, titulada “Decir la verdad”, usted señalaba sin rodeos: “El silencio de los amigos de Cuba sería una forma de complicidad frente a un sistema que denunciaríamos en cualquier otra parte” y usted incitaba a “apoyar al pueblo cubano hasta el final y decir la verdad sobre lo inhumano, tanto del embargo como del régimen cubano. Los dos son injustificables”. Usted no dudaba respecto a cuál era el rol de Francia: “Debemos exigir la liberación de todos los presos políticos y la abolición de la censura”. En nombre de estos principios, Francia no puede quedarse callada.
Señor Presidente, pese a la voluntad de apertura que ahora muestra el gobierno cubano en el ámbito diplomático, éste conserva un monopolio casi absoluto sobre la información y no tolera que en la isla exista ningún medio de comunicación independiente. La prensa tradicional y en línea sigue siendo censurada; Internet continúa bajo estrecha vigilancia. Una excepción de esta capa de plomo: el sitio web de la agencia independiente Hablemos Press. Desde 2011 no se podía acceder a Hablemos Press en la isla, pero el 12 de marzo pasado, en el marco de una operación anticibercensura, Reporteros sin Fronteras desbloqueó su sitio web. El gobierno cubano no tuvo nada qué ver, una excepción que debería ser la regla. Señor Presidente, Francia no puede dejar de recordar que una apertura sólo podrá ser real y benéfica para la población si la isla también se abre a una información plural e independiente.
Periodistas y blogueros independientes siguen ejerciendo su profesión en medio de una situación difícil y peligrosa: les confiscan su equipo, desconectan sus teléfonos móviles; son citados por el Departamento de Seguridad del Estado y conminados a cambiar su línea editorial. Asimismo, continúan padeciendo intimidaciones, campañas de descrédito, amenazas de muerte, agresiones, arrestos o detenciones arbitrarias. Incluso el Día Mundial de la Libertad de Prensa, celebrado el 3 de mayo pasado, sirvió como pretexto para la represión. Tres periodistas independientes que cubrían la marcha de las Damas de Blanco fueron detenidos en La Habana. Habían distribuido la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Señor Presidente, Francia no puede permanecer en silencio ante el encarcelamiento arbitrario de periodistas.
Las autoridades cubanas parecen preferir cada vez más las detenciones arbitrarias de corta duración para impedir que los actores de la información hagan su trabajo y hacerlos callar. Yoeni de Jesús Guerra García (bloguero de Yayabo Press condenado a siete años de prisión en 2014), José Antonio Torres (periodista del diario oficial Granma, condenado en julio de 2012 a 14 años de cárcel) y el bloguero Ángel Santiesteban‐Prats (autor del blog informativo Los hijos que nadie quiso, condenado a cinco años de prisión en 2013), purgan actualmente largas penas de cárcel. ¿Sus crímenes? Haber difundido información considerada "antirrevolucionaria" o que "calumnia". Ángel Santiesteban‐Prats fue condenado a cinco años de cárcel por “violación de domicilio y lesiones”; se le imputó un delito común para disminuir el impacto político de su encarcelamiento. Desde que ingresó a la prisión ha sufrido malos tratos y tortura. La falta de claridad jurídica se cierne sobre su situación. Señor Presidente, Francia debe solicitar que Yoennis de Jesús Guerra García, Juan Antonio Torres y Ángel Santiesteban-Prats sean puestos en libertad de inmediato y sin condiciones.
Francia no puede sino exhortar a las autoridades cubanas a poner fin a la represión y a la censura de los actores de la información independiente. Francia también debería interceder ante las autoridades cubanas para pedirles que se permita el acceso a Cuba a organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos y de la libertad de expresión e información, como Reporteros sin Fronteras. Esto, teniendo siempre en mente su querido objetivo: “decir la verdad”.
Agradeciendo su atención a esta solicitud, le envío señor Presidente, mis saludos más cordiales.
Atentamente,
Christophe Deloire
Secretario General