Cientos de fieles cubanos peregrinaron este lunes al santuario de San Lázaro en La Habana para cumplir sus promesas.
“Yo lo que quiero es hacer esta promesa de dejar las drogas. Lo hago por mi abuela, por mi madre, por mi esposa, por mis hijos, por todos. Yo quiero dejar las drogas, las consumo desde que tengo 16 años y lo que quiero es terminar ya”, dijo Álvaro Ernesto Pérez en las afueras de la iglesi, conocida como El Rincón.
Los creyentes vestidos de morado, un color asociado con el santo, caminaron y se arrastraron de rodillas en señal de penitencia para llegar al santuario en el pueblo de El Rincón, en las afueras de La Habana.
Daimy Acebedo, una madre devota a San Lázaro, comentó a la agencia AP que había viajado desde lejos para agradecer por su pequeño hijo, de dos años. La mujer se arrastraba de rodillas cargando a su hijo en la espalda.
“Los médicos del hospital donde me atienden dijeron que mi hijo no podría hablar. Yo soy de Camagüey y viajé hasta aquí para cuidar a mi hijo. Lamentablemente, cuando le hicieron un electroencefalograma, mostró una masa cerebral agrandada y dijeron que no hablaría hasta que tuviera 7 años. Mi hijo tiene 2 años y ya habla”, explicó.
El ritual anual que lleva a miles de cubanos al santuario de San Lázaro tuvo una resonancia especial este año debido a la profunda crisis económica que afecta al país.
San Lázaro es un santo católico y el patrón de los enfermos y los pobres. También se le conoce como la deidad yoruba afrocubana Babalu-Aye, abrazada por muchos practicantes de la santería, la religión afrocaribeña ampliamente practicada en la isla.
El ritual anual se lleva a cabo el 16 y 17 de diciembre de cada año.
(Con información de AP)
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