Los medios de comunicación del Kremlin han difundido la desinformación basándose en las declaraciones de Grossi sobre el empeoramiento de la situación de seguridad en la invadida por los rusos central nuclear de Zaporiyia, donde la línea de suministro eléctrico de reserva Ferrosplavna-1 se cerró de emergencia el 23 de agosto de 2024. Grossi señaló que la central está situada en la línea del frente y es objeto de bombardeos, lo que la deja sin una fuente estable de electricidad.
El jefe del OIEA subrayó que en la central controlada por Rusia deben seguirse estrictamente cinco principios de seguridad, entre ellos la prohibición de cualquier ataque a centrales nucleares, la prohibición de utilizar la central como almacén de armas y la garantía de un suministro fiable de energía externa de la red para todas las instalaciones nucleares. Todos estos principios se incumplen constantemente: tanto el Director General del OIEA como sus expertos informan de violaciones catastróficas de las normas de seguridad nuclear por parte del ejército ruso en la central nuclear de Zaporiyia.
“Es demasiado habitual que la mayor central nuclear de Europa se vea obligada una vez más a depender de una sola fuente de energía externa para mantener sus funciones esenciales de seguridad nuclear, a pesar de la vulnerabilidad de esta importante instalación… Es fundamental que ahora se haga todo lo posible por cumplir los cinco principios específicos de protección de la instalación”, declaró Grossi.
El OIEA subraya también que Rusia sigue amenazando la seguridad nuclear de Ucrania y del mundo con constantes ataques a las infraestructuras críticas del país. Grossi señaló que los bombardeos rusos provocan inestabilidad en la red eléctrica nacional y suponen un riesgo constante para la seguridad nuclear en otras centrales nucleares de Ucrania. Los bombardeos rusos de agosto de 2024 ya provocaron la parada temporal o el cierre de algunas unidades del reactor de las centrales nucleares de Rivne y Ucrania del Sur. También se ha deteriorado la situación externa del suministro eléctrico en la central nuclear de Jmelnytskyi y en la de Chernóbyl, subraya Grossi.
“Aunque ninguna de las centrales ha perdido su pleno acceso a la red nacional -lo que ha ocurrido varias veces en la central nuclear de Zaporiyia en los dos últimos años-, cada vez me preocupa más la creciente vulnerabilidad de la infraestructura energética de Ucrania y el impacto potencial que esto tiene en la seguridad de todas las centrales nucleares ucranianas en funcionamiento”, concluyó Grossi.
Así pues, Grossi no pidió al ejército ruso que “atacara”, como escribe el agitprop, sino que desocupara la central nuclear de Zaporiyia y detuviera el bombardeo a gran escala de las instalaciones energéticas ucranianas. El OIEA reiteró que la parte rusa “no ha atendido los llamamientos para cesar inmediatamente todas las acciones contra las instalaciones nucleares en Ucrania y sus alrededores”.