Ucrania presentó la demanda ante el Tribunal Internacional de la ONU pocos días después del inicio de la invasión a gran escala de Rusia. Ucrania afirma que Rusia invadió el país bajo el falso pretexto falso del “genocidio de la población del Donbás”, lo que supone un abuso de la Convención de la ONU sobre el Genocidio de 1948. A esta denuncia se han sumado otros 32 países que apoyan a Ucrania y su afirmación de que Rusia utilizó un falso pretexto para iniciar la guerra.
El 2 de febrero de 2024, la Corte Internacional de Justicia reconoció parcialmente su competencia en el caso de Ucrania contra Rusia. El órgano judicial rechazó cinco de las seis objeciones de Rusia, pero también se negó a considerar las alegaciones de Ucrania de que Rusia reconoció ilegalmente a los grupos de las “Repúblicas Populares” de Donetsk y Lugansk y lanzó una guerra contra Ucrania con falsos pretextos. El tribunal señaló que no era competente para este tipo de cuestiones.
Al mismo tiempo, el Tribunal de la ONU decidió proceder al estudio de la alegación de que Rusia había acusado infundadamente a Ucrania de un «genocidio» inexistente de su propia población. En consecuencia, el Tribunal accedió a la petición de Ucrania de establecer el hecho del uso indebido de la Convención sobre el Genocidio por parte de Rusia. Rusia, manipulando la decisión del Tribunal, declaró que “Kyiv se sentó en el banquillo de los acusados él solo”, lo que es pura manipulación, dado que fue Ucrania quien pidió al Tribunal que considerara esta demanda, y las objeciones rusas fueron rechazadas. Hay que subrayar que el Tribunal no tiene pruebas de que Ucrania esté cometiendo un «genocidio» en su territorio, como afirma Rusia.
Al mismo tiempo, el Tribunal recordó que el 16 de marzo de 2022 ordenó a Rusia “detener inmediatamente las operaciones militares que había iniciado el 24 de febrero de 2022 en el territorio ucraniano”, y “garantizar que ninguna formación armada, ninguna organización, ninguna persona controlada o apoyada por Rusia y bajo su influencia lleven a cabo actividades militares”.
Rusia violó esta resolución y continuó las hostilidades contra Ucrania, lo que constituye una violación del derecho internacional. También cabe recordar que el 31 de enero de 2024, la Corte Internacional de Justicia al más alto nivel reconoció a Rusia como infractora de los Convenios sobre la Represión de la Financiación del Terrorismo y sobre la Prohibición de Todas las Formas de Discriminación Racial.
Ya en 2014, las fuerzas de seguridad internacionales habían iniciado una investigación sobre la agresión rusa contra Ucrania.