El Ministerio de Salud de Ucrania evalúa diariamente los indicadores de agua en los embalses de las regiones de Jersón, Odesa y Mykolayiv, y hoy la situación epidémica está bajo control, no se han detectado brotes de enfermedades infecciosas en los territorios afectados por la voladura de la presa de Kajovka por parte de los rusos. La narrativa sobre los "biolaboratorios estadounidenses" no es confirmada ni por expertos especializados de diferentes países, ni por organizaciones internacionales que trabajan en el campo de la reducción de amenazas a la proliferación de armas de destrucción masiva.
La narrativa sobre los biolaboratorios de EEUU es una de las narrativas más reiteradas de la propaganda rusa. Es una de las explicaciones rusas de la guerra criminal contra Ucrania. No hay laboratorios estadounidenses para el desarrollo de armas biológicas en el territorio de Ucrania. Al contrario, desde 2005, el Ministerio de Salud de Ucrania y el Departamento de Defensa de EEUU han firmado un acuerdo de cooperación en el campo de la prevención de la propagación de tecnologías, patógenos y conocimientos que pueden utilizarse en el desarrollo de armas biológicas. El mismo programa de cooperación estaba activo en la propia Rusia, pero se detuvo en 2014 tras la anexión de Crimea.
Fue precisamente Rusia quien puso en peligro la salud de la población ucraniana cometiendo un acto terrorista en la estación hidroeléctrica de Kajovka, cuya destrucción se convirtió en una auténtica catástrofe ecológica, hecho que supondrá consecuencias humanitarias y económicas complicadas para el país. El acceso al agua potable se ha vuelto mucho más difícil en muchas ciudades y pueblos debido a la detonación de la central hidroeléctrica: unas 700.000 personas se han quedado sin ella. Se limitó la toma abierta de agua, porque todo el agua que estaba debajo de la central hidroeléctrica de Kajovka estaba envenenada por la destrucción de cementerios de ganado, cementerios, lugares de almacenamiento de productos químicos agrícolas, etc.
El Ministerio de Salud de Ucrania alega a renunciar al consumo y uso de agua no tratada del río Dnipró y otros embalses en los territorios de las regiones de Jersón, Mykolayiv, Zaporiyia, Dnipró y Odesa afectadas por la detonación de la presa de Kajovka. El cólera y el botulismo realmente pueden aparecer por el acceso limitado al agua limpia, con lo cual, es debido atenerse a ciertas normas de seguridad enfatizadas por el departamento: usar sólo agua embotellada o importada, lavarse las manos con jabón, usar sólo agua purificada para cocinar y para las necesidades del hogar, etc.
Hoy en día, alrededor de un 30% de muestras de agua seleccionadas de los embalses superficiales y áreas recreativas no cumplen con las normas de higiene (185 de 579 muestras no cumplen con los estándares). El mayor nivel de peligro actualmente se observa en la región de Odesa, donde se registraron los aumentos más significativos y constantes de los indicadores sanitario-químicos, microbiológicos y toxicológicos. El Ministerio de Salud Público de Ucrania ha informado que se conformaron alrededor de 97 grupos operativos de respuesta ante posibles amenazas biológicas, químicas y radiactivas en las regiones afectadas.
El 13 de junio el departamento señaló que no había casos registrados ni sospechas de cólera en Ucrania. El país también supervisa el trabajo de los laboratorios que deben actuar rápidamente en caso de propagación de infecciones intestinales; La OMS y sus socios internacionales entregaron kits de diagnóstico y tratamiento del cólera a Ucrania.
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