La cantante Olga Chorens Menéndez, quien junto a su esposo Tony Álvarez, se consolidó como una de las artistas más influyentes de la radio y la televisión de Cuba y Puerto Rico en las décadas de los 50 y 60, murió el viernes en Miami, según anunciaron sus familiares.
"Con profundo dolor anunciamos que nuestra adorada madre, Olga Chorens, falleció ayer a las 6:45 p.m. en su hogar en la ciudad de Miami rodeada de sus seres queridos. Aunque nos invade la tristeza de haber perdido un ser tan maravilloso, viviremos agradecidas de que Dios nos dio una madre cariñosa, talentosa y extraordinaria. Celebramos que vivió su vida a plenitud y agradecemos el haberla tenido por tantos años. Mami se nos fue a los 99 años y siete meses; el 7 de febrero hubiera cumplido los cien años. Nos llena de paz saber que sus admiradores que siguieron con tanto amor su legendaria carrera de más de ocho décadas en la música, la televisión, la radio, y el cine nos acompañan en este momento tan difícil", escribieron sus hijas Olguita y Lissette Álvarez.
El cantante cubano Willy Chirino, esposo de Lisette, se refirió a su suegra como "una mujer sin filtro" y una "Gloria de Cuba", que se mantuvo profesionalmente activa hasta sus últimos días.
"Hasta el domingo pasado estuvo haciendo su show de radio en La Poderosa, algo que creo pudiera ser incluido en el Guinness Book of Records. Con una carrera impecable por más de 80 años y una memoria envidiable hasta ayer 22 de Septiembre que a sus 99 años que se nos fue. Olga Chorens, una verdadera GLORIA DE CUBA! Te voy a extrañar muchísimo, ahora te corresponde volar alto para reencontrarte con tu amado Tony y juntos volver a cantar…” Cantemos Siempre Cantemos, cantemos pues al cantar, se olvidan las desventuras, las amarguras… hay que olvidar", escribió Chirino.
Chorens, nacida en La Habana en 1924, debutó en la radio a los 11 años y participó como concursante en el popular espacio La Corte Suprema del Arte.
En su juventud acopló voces con Tony hasta conformar el popular dúo que se ganó un espacio diario en la radio con el programa de Olga y Tony y uno en televisión con "El Show de Olga y Tony".
El dúo hizo varias grabaciones con la disquera RCA Victor y luego Panart, también numerosas giras internacionales, conquistando al público latinoamericano.
Olga Chorens dejó huella en el cine con los filmes Romance musical (1941) y Cuba canta y baila (1951).
Con la llegada de Fidel Castro al poder, enviaron a sus hijas a los Estados Unidos como parte de la “Operación Pedro Pan” y lograron reunirse con ellas en 1963.
Dos años más tarde retomaron con éxito su carrera en Puerto Rico, donde se convirtieron en estrellas de la radio y la televisión.
En la década de los 80 viajaron a España y más tarde volvieron a Miami, donde se asentaron definitivamente.
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