El gobierno español designó al diplomático de carrera José Antonio Hernández Pérez-Solórzano como nuevo Cónsul General en La Habana.
Según expertos consultados por Radio Televisión Martí, el funcionario se enfrenta a grandes retos en la isla y llega en un momento en que el COVID-19 mantiene paralizados o retrasados los servicios consulares.
"No olvidemos que, con la situación causada por el COVID-19, hay pendientes cientos y cientos de visados de turismo o de reagrupaciones familiares, que se encuentran atascados", advirtió Guillermo Morales Catá, director general de Legalteam, un despacho especializado en temas migratorios con sede en Barcelona.
A los efectos de la pandemia se suman 14 años de retraso en la tramitación de peticiones de nacionalidad española por la Ley de Memoria Histórica.
"Todavía hay 60.000 expedientes que esperan la resolución, y es uno de los retos que deberá enfrentar. El anterior cónsul [Carlos Pérez-Desoy] ha hecho un gran trabajo para acelerarlo, e imagino que en poco tiempo pueda concluir este proceso", valoró Ferrán Núñez, director del portal EspañolesdeCuba.info.
Al respecto, Morales Catá alertó sobre las nuevas solicitudes de nacionalidad española que conllevaría la posible aprobación este año de la llamada Ley de Nietos.
Además, la apertura de un nuevo consulado en Camagüey es una de las asignaturas pendientes de la diplomacia española.
Según Ferrán Núñez, en España existen cinco consulados cubanos, que atienden prácticamente a unas 70.000 personas, mientras que, en Cuba, con 200.000 personas, solo hay un consulado en La Habana.
"Esta desigualdad debería solucionarse", dijo.
Además del nombramiento del nuevo cónsul en Cuba, la ministra española de Asuntos Exteriores eligió a los segundos jefes de las embajadas en Washington, La Habana y Caracas, tres capitales de gran importancia para la política exterior de España.