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Estudiantes cubanos en EE.UU. responden a sus críticos


De izq. a der. Sahily Navarro, Henry Constantin, Haisa Fariñas y Danilo Maldonado.
De izq. a der. Sahily Navarro, Henry Constantin, Haisa Fariñas y Danilo Maldonado.

1800 Online conversó con los jóvenes que llegaron becados de la isla y respondieron a las denuncias de nepotismo que caen sobre ellos. También nos contaron sobre sus retos y dificultades...

Preocupación por la familia en Cuba, horas de estudio dedicadas al inglés, el afecto de quienes comparten sus ideas políticas y el descubrimiento de la sociedad norteamericana tan demonizada por el gobierno de la isla, matizan la experiencia de un grupo de jóvenes cubanos que estudian por seis meses en el centro universitario Miami Dade College.

Con cuatro de ellos, Sahily Navarro, Haisa Fariñas, Danilo Maldonado y Henry Constantin, conversa el equipo del programa radial 1800 Online sobre vivencias y aspiraciones, como integrantes del programa de becas Somos un solo pueblo.

Jóvenes cubanos beneficiados con las becas del programa Somos un solo pueblo.
Jóvenes cubanos beneficiados con las becas del programa Somos un solo pueblo.
Los organizadores del proyecto recalcaron que los beneficiarios de estas becas no necesariamente tienen que pertenecer a grupos opositores. No obstante la mayoría de ellos están ligados de un modo u otro a la oposición.

Ante los comentarios de nepotismo o falta de pluralidad en la selección, la Dama de blanco Sahily Navarro, hija del activista Félix Navarro, aclara que son un grupo diverso en cuanto a su provincia de origen, sexo, raza, nivel y formación educacional.

“Los 17 no son familiares de opositores, ni si quiera son ellos opositores,” precisa Navarro y cita los casos de Alejandro Cuello y Annia del Río, entre otros. Sahily fue expulsada de la universidad cuando cursaba el segundo año de la carrera de Derecho por su integración al activismo político.

Y si Navarro fue expulsada una vez, Henry Constantin digamos que le dio varias oportunidades al sistema de aceptar sus inconformidades políticas y le expulsaron de 3 universidades diferentes, mientras estudiaba Periodismo y Comunicación Audiovisual.

Interesado particularmente en el tema, Henry Constantin aclara que “ni mis padres ni mi familia son disidentes. El más disidente de los Constantin soy yo”, pero entiende la preocupación de los padres que pertenecen a la disidencia, con respecto a la educación de sus hijos, porque su propio pequeño de 8 años “ya está sintiendo las consecuencias de tener un padre comprometido en cambiar el gobierno de su país.”

“Me imagino la situación de los jóvenes que tienen padres, tíos, abuelo, hermanos, metidos en la disidencia que en las escuelas sé que les hacen la vida un yogurt Aunque ellos se comporten con normalidad, los miran con la lupa doble y no pueden acceder a unas cuentas carreras, como periodismo.”

Para Danilo “El Sexto” Maldonado, artista urbano, el programa es una oportunidad para abrir la mente a modos de pensar diferentes a los impuestos en las escuelas cubanas.

“Los disidentes que están allá sencillamente se están preocupando por la educación de sus hijos, que por supuesto en Cuba es dogmática desde que están diciendo: ‘Pioneros por el comunismo’, explica Maldonado y agrega que si se quiere cambiar de verdad el futuro del país se debe comenzar desde sus raíces.

La familia, el inglés y la esperanza

Navarro confiesa que siente profundamente la lejanía de su familia y “la preocupación constante es saber que son activistas dentro de la isla, el saber cómo está la represión,” pero agradece tener a mano una herramienta tan valiosa como la internet para comunicarse con ellos y convertirse en eco de su espinosa situación.

Por el momento concentran sus estudios en la lengua inglesa, que con expresión un poco apenada confiesan es un reto para todos ellos, sobre todo porque el nivel de conocimiento de este idioma varía entre los miembros del grupo.

“El inglés que hemos recibido en Cuba, nos damos cuenta de que no es tan práctico como lo esperamos. Y lo bueno y lo malo de estar estudiando en un lugar como Miami, es que está tan lleno de cubanos que para hablar inglés hay que obligar a las personas”, comenta entre risas Constantin.

En serio ahora, Haisa Fariñas, sobrina del activista cubano Guillermo Fariñas, quien estudia técnico-medio en Salud en Cuba, se apura a agradecer a la profesora Marlene Colón por su delicadeza y paciencia. “Aquí la educación es distinta -continua- en Cuba todo es mecánico y aquí te enseñan a razonar.”

Todavía les falta un buen camino por recorrer, pero desde ahora aseguran que lo más importante que llevarán para Cuba es “la cantidad de amor y la cantidad de esperanza que tienen los cubanos de aquí con nosotros, con este grupo y con muchos cubanos que están haciendo activismo allá, concluye Maldonado.
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