A continuación, un editorial que refleja la opinión del gobierno de Estados Unidos:
El mundo conoce bien los profundos riesgos de una pandemia mundial como la COVID-19, que se cobró la vida de millones de personas y devastó economías.
La única manera de mejorar la seguridad sanitaria mundial es juntos, declaró el secretario de Estado, Antony Blinken, en el Simposio sobre Seguridad Sanitaria Mundial y Diplomacia. "De hecho, debido a que trabajamos juntos... pudimos liderar una respuesta global que ayudó al mundo a salir de la fase aguda de la pandemia de COVID-19".
Con el fin de estar más preparados para la próxima amenaza a la salud, el Departamento de Estado lanzó recientemente la Oficina de Seguridad Sanitaria Global y Diplomacia. La nueva Oficina ha estado trabajando arduamente para llevar el poder y el propósito de la diplomacia estadounidense a esa misión urgente.
"Estamos aplicando las muchas lecciones del PEPFAR (el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA), por ejemplo, sobre cómo rastrear eficazmente los brotes y entregar medicamentos a las poblaciones de difícil acceso", dijo el secretario Blinken.
"También estamos ampliando el alcance del PEPFAR para prevenir el VIH/SIDA de manera más efectiva y servir a quienes viven con él", añadió.
"Una de las formas en que lo estamos haciendo es aumentando nuestra colaboración con organismos regionales, como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África, la Organización Panamericana de la Salud, y ayudando a desarrollar las capacidades regionales de fabricación en países como Senegal y Sudáfrica", dijo. "Estamos haciendo esto para que los países puedan producir y distribuir más rápidamente tratamientos, pruebas y equipos de protección, y se vuelvan menos dependientes y vulnerables al suministro extranjero".
Estados Unidos está recabando apoyo internacional para el Fondo para la Pandemia del Banco Mundial, que ayudará a la respuesta internacional a futuras amenazas para la salud, dijo el secretario Blinken:
"El Fondo ya está llevando a cabo una labor vital para crear redes regionales de vigilancia de enfermedades, crear sistemas de alerta temprana y ampliar el personal de salud pública en todo el mundo. Desde el lanzamiento del Fondo hace un año, Estados Unidos ha contribuido con 450 millones de dólares, aproximadamente una cuarta parte de sus contribuciones totales hasta la fecha, y continuaremos trabajando con los asociados para movilizar apoyo adicional".
Estados Unidos está fortaleciendo su infraestructura de seguridad sanitaria mundial ayudando a modernizar las instituciones existentes, como la Organización Mundial de la Salud.
Estados Unidos seguirá buscando a sus amigos y aliados para obtener ideas, perspectivas y asociaciones, dijo el secretario Blinken. "Porque solo si trabajamos juntos, podremos construir un mundo más saludable y protegido para todos".