En protesta por las condiciones infrahumanas de los centros penitenciarios y para exigir su liberación, al menos 14 presos políticos se han declarado en huelga de hambre en Cuba, según confirmaron familiares a Martí Noticias.
Yosvany García Caso, manifestante del 11 de julio en Holguín, condenado a 15 años de privación de libertad por el delito de sedición, fue el primero que se declaró en huelga de hambre, el pasado 11 de mayo, luego de saber que le habían negado su visita familiar.
Su esposa, Mailin Sánchez, explicó que las visitas son cada 35 o 45 días y que una vez a la semana, los lunes, él llamaba. Sin embargo, la última vez que hablaron fue el 8 de mayo. “No me dejan verlo porque yo lo apoyo, eso es lo que ellos dicen, aunque yo nunca he aceptado sus huelgas por motivos de salud”, dijo, en referencia a sus problemas cardiovasculares y de hipertensión.
Aunque García Caso había advertido que se plantaría si le quitaban las visitas, la confirmación llegó por una llamada telefónica que hicieron a su hermana directivos del centro penitenciario Cuba Sí, en Holguín. Esta sería la séptima huelga de hambre que realiza el joven de 34 años, desde que fue encarcelado en julio de 2021 por protestar en contra del régimen de Miguel Díaz-Canel.
De acuerdo con el activista cubano Alberto Ortega Fonseca, los otros 13 presos políticos que también se han plantado en los últimos días, en distintas prisiones de las provincias de Villa Clara y Mayabeque, son: José Rodríguez Herrada, Maikel Puig Bergolla, Duniesky Ruiz Cañizarez, Roberto Pérez Fonseca, Aníbal Yasiel Palau Jacinto, Juan Enrique Pérez Sánchez, Manuel Velázquez Licea, Lidier Ramón Hernández Urbita, Nilo Abrante Santiago, Yasiel Martínez Carrasco, Carlos Ernesto Díaz González, Abel Lázaro Machado Conde y Williams Valera Suárez.
“Las demandas que traen ellos son el respeto a todos los presos, comunes y políticos, libertad religiosa, derecho a la asistencia médica, que mejore la alimentación y la libertad de todos los presos políticos”, comentó Ortega Fonseca, quien es hermano de Roberto Pérez Fonseca, uno de los huelguistas, y reside en Canadá.
La acción también busca mandar un mensaje a la comunidad internacional, ante la visita a Cuba del Alto Representante de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, que tendrá lugar del 25 al 27 de mayo. Durante esos días, el funcionario europeo presidirá, junto con el ministro de exteriores cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, el Consejo Conjunto del acuerdo de diálogo político y cooperación entre la comunidad europea y la isla.
“Pero no se quiere reunir con los familiares de los presos políticos, no quiere hablar del tema porque no da dinero”, dijo Ortega Fonseca.
Actualmente, en las cárceles cubanas hay más de mil personas presas por motivos políticos, la mayoría de ellas por participar en el estallido social del 11 de julio de 2021, aunque muchas han sido procesadas y sentenciadas por delitos comunes. Pero incluso en régimen de privación de libertad, las violaciones de sus derechos han continuado, y son frecuentes las denuncias de falta de atención médica, alimentación deficiente, golpizas, torturas psicológicas, aislamiento, entre otras.
Saily Núñez, esposa de Maikel Puig Bergolla, aseguró que se encuentra muy asustada. “Esto me tiene muy mal. Sé que Maikel es muy fuerte de carácter y ellos con Maikel van a otro nivel”, dijo.
“Estoy en shock. Estoy desesperada. Lo que sí es confirmado que a Maikel le suspendieron sus llamadas. No sé en qué situación él estará ahora mismo. Él no ha estado nada bien de salud. Creo que esto sería lo peor para él”, agregó.
Al respecto, la curadora de arte cubana Anamely Ramos expresó en su perfil personal de Facebook que estos presos políticos en huelga utilizan sus cuerpos como único recurso para seguir siendo protagonistas en la lucha por la libertad y lanzan “un grito de denuncia desde las cárceles, pero también un llamado a unirnos de una vez para exigir la liberación de todos”.
“Este es el momento. Que pare la demagogia. El acuerdo de diálogo entre la UE y Cuba es una vergüenza total con más de mil presos y sus familias destruidas. Y, en lo que va de año, al menos 15 personas nuevas están siendo procesadas. No podemos dejarlos solos en ese empeño. Hay muchas formas de hacer protesta, ellos lo hacen poniendo al límite sus cuerpos porque no tienen nada más, pero nosotros podemos hacer más cosas”, sostuvo.
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