El Congreso del Partido Comunista ofreció escasas sorpresas y quedaron fortalecidos los militares-empresarios, coincidieron analistas y actores de la Sociedad Civil independiente.
El nombramiento directo por Raúl Castro de Miguel Díaz-Canel como primer secretario del Partido Comunista y el anuncio del nuevo Comité Central y del Buró Político, “es solo el reparto de poder dentro de la élite gobernante”, indicó el analista Yaxys Cires, director de Estrategia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
“La principal lectura política que se puede hacer del recién concluido Congreso es que el poder real sale del armario y es el poder encarnado por el jefe de GAESA, el general Luis Alberto Rodríguez López Callejas, que ahora entra a formar parte del Buró Político”.
Por otro lado, el abogado Hildebrando Chaviano, director del independiente Centro de Políticas Públicas Libertad y Desarrollo, asentado en la capital cubana, acotó que “la herencia que deja Raúl Castro es un gobernante dirigente partidista que ha sido designado, no ha sido electo por nadie, que no tiene representatividad ni entre las mismas filas del partido”.
El foro insistió en el fortalecimiento de la propiedad estatal, el perfeccionamiento del Sistema de Dirección Planificada para la dirección de la economía nacional y la prohibición de "la concentración de la propiedad y la riqueza en personas naturales o jurídicas privadas”.
“Pareciera que para el Partido Comunista no va a ser una prioridad el sector no estatal de la economía. Por tanto se prevé que existan pocas reformas en ese aspecto y además, siguen en sintonía con los presupuestos estalinistas de la economía, que es la centralización y la subordinación de todo a la economía estatal”, señaló Cires desde Ciudad Panamá.
En un artículo publicado en Diario de Cuba, el periodista Dimas Castellanos criticó que “una vez más se omite lo determinante: la liberación de la economía de las trabas burocráticas e ideológicas dirigidas a impedir la formación de una clase media y la implementación de los derechos y libertades para que los cubanos puedan desarrollar su iniciativa creadora y asociarse libremente”.
Para Chaviano el transcurso y desenlace del concilio comunista no asombra a nadie:
“Esperábamos que fuera así, con una declaración final reafirmando que todo seguirá igual porque ‘peligra la unidad, la patria’. La patria está en peligro con el Partido Comunista en el poder por la desunión, que el mismo Partido Comunista provoca al no permitir que los que piensan diferente tengan un espacio en la sociedad. Ese es el peligro real que tiene la nación”, dijo el opositor.
Dijo que termina "el Congreso de la Continuidad" y los cubanos “continuarán” hablando de otros temas: la unificación monetaria y la Tarea Ordenamiento, la pandemia, la crisis y la probabilidad de comer carne de res después de más de 60 años.
“Por supuesto, los cubanos proseguirán en la misma posición, haciendo como que hacen pero no haciendo, porque no hay colaboración posible con un partido que se arroga todos los derechos. Vamos a vernos mucho peor. El país se va a seguir desangrando, su gente, emigrando porque lo que nos ha atrapado es la desesperanza”, recalcó Chaviano.