Decenas de chicas vestidas con faldas de cuadros de la escuela preparatoria y jóvenes ataviados con pantalones bombachos holgados hacían sus mejores movimientos mientras se proyectaban imágenes de los ídolos de un género musical de Corea del Sur que gana cada vez más terreno en la isla.
Los adolescentes cubanos concurrieron el fin de semana a una “discorea” en La Habana, para bailar el K-pop, el género musical con influencias de otras corrientes occidentales que ha ido sumando adeptos en Cuba y en muchas otras partes del mundo. La tribu urbana de los K-popers —como se denomina a estos aficionados— se fue consolidando en la isla al tiempo en que el internet se expandía más.
“A mí me gustaba la música electrónica. Me fueron pasando canciones, vi videos y me fui interesando”, contó a The Associated Press el bailarín Francisco Piedra, de 24 años de edad, y conocido con el nombre artístico de “Ken”.
“El k-pop me ha dado felicidad, un mundo a donde puedo ser yo mismo, desarrollarme, compartir con mis amistades, disfrutar, reír, cantar, bailar, expresarme como soy”, agregó Ken, quien suele participar de competencias de free-style y espera algún día ser un destacado coreógrafo del género.
Cuando no está ensayando, disfrutando de un video o con sus amigos, Ken se desempeña como herrero junto a su padre. Él aún recuerda cuando comenzó a llegar el K-pop a la isla “hace unos 10 años”.
Los expertos aseguran que la presencia de internet y la difusión en la televisión nacional de novelas coreanas -–llamadas Doramas— fue el puntapié inicial para el movimiento en la isla. Bandas como de BTS, Black Pink y NCT se convirtieron en clásicos.
Nacido en los años 90 del siglo pasado, K-pop, una abreviación de “Korean pupular music” es en realidad un género que incluye también varios estilos como el pop, el rock, el R&B. Las canciones cantadas por bandas de varones o mujeres --por separado-- suelen llevar además una coreografía rápida de movimientos rígidos y se acompañada por una estética y cosmética llamativa.
“Llegó a través de los Dormas que llamaron mucho la atención y las canciones que son hermosas a pesar del idioma. Las personas comenzaron a bajar de internet las traducciones (del coreano o inglés) y una vez que estás en ese mundo es inevitable caer en el K-pop”, explicó a la AP Tania Abreu, conocida como Nia, una ingeniera de profesión de 49 años quien lidera el proyecto cultural Macrocosmos, especializado en este género.
Aunque internet arrancó en Cuba en 1996, el acceso se realizaba mediante satélite debido a las sanciones estadounidenses, lo que propiciaba un ancho de banda pequeño, el cual era de uso limitado para diplomáticos, representaciones extranjeras o centros de estudio de alto nivel.
Recién entres 2014 y 2017 se amplió a los particulares y en 2018 se activó el servicio de internet móvil para los celulares.
Actualmente en Cuba hay 7,5 millones de usuarios conectados a internet, un poco más del 70% de la población.
Nia no tiene un cálculo exacto de la cantidad de personas que participan en este movimiento --mayoritariamente juvenil-- de K-pop, pero aseguró que varios miles de personas están involucradas y son muy visibles además de en La Habana, en Santiago de Cuba, la segunda ciudad del país.
Las redes sociales en la isla, sobre todo Instagram, están repleta de jóvenes que intercambian posters de los “idols” (los ídolos coreanos), pines, mochilas o ropa y suben pequeños videos caseros con sus bailes, al tiempo que otros hacen convocatorias para conseguir compañeros para armar pequeñas agrupaciones –por lo general de chicas y chicos por separados-- que desarrollan coreografías.
De hecho, la asociación local Art Cor organiza una competencia que permite a los grupos de cubanos llegar hasta el Kpop World Festival, un evento realizado en Corea del Sur que invita a los ganadores de varias regiones del planeta. Las agrupaciones Limitless –de chicas—y LTX –de varones—son las únicas que viajaron al país asiático hasta ahora.
El fenómeno incluso corrió lejos de cualquier canal o estímulo oficial, pues Cuba y Corea del Sur recién establecieron relaciones en febrero pasado, mientras que la isla siempre privilegió sus nexos con Corea del Norte, donde el K-pop surcoreano no es bien visto.
Tanto la promotora Nia, como varios aficionados entrevistados por AP destacaron que dado que el K-pop es muy abierto a las fusiones esperan ver alguna mezcla con sus tropicales ritmos, mientras sueñan con disfrutar en los escenario de la isla, un día de estos, un concierto con sus bandas coreanas favoritas.
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