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“El último balsero” cubano desembarca en HBO (VIDEO)


Cartel de "El último balsero".
Cartel de "El último balsero".

Una mezcla de infortunio y un espíritu de solidaridad infrecuente en la industria cinematográfica ha hecho posible que la película independiente “El último balsero” (2020), de los cubanos Carlos Rafael Betancourt y Oscar Ernesto Ortega, llegue este viernes a la plataforma HBO, según dijeron ambos a Efe.

“Fuimos poco a poco logrando la atención de HBO, sin compañía de distribución. También por la coyuntura de la pandemia, porque ellos estaban mirando qué películas se habían estrenado, tenían tiempo para eso”, dice a Efe Betancourt 15 meses después de un frustrado estreno en el Festival de Cine de Miami.

En marzo de 2020 el debut de este filme de ficción realizado entre Miami y Nueva York “con conceptos de la memoria colectiva cubana”, fue suspendido por la llegada de la covid-19 a Florida y el cierre de las salas de proyección y a partir de ahí, la película comenzó su camino en festivales “online”.

Llegar a HBO con un contrato por dos años en HBO Latino y HBO Max se debe a “una mezcla del infortunio de la pandemia con un espíritu de solidaridad muy raro en esta industria”, según Betancourt.

“Es una plataforma muy grande. Que lo que hicimos tenga un valor como película latina que habla de una experiencia de inmigración trasciende mucho más de lo pensado”, dice.

Ortega, que en 2008 fundó con Betancourt una de las primeras productoras independientes en Cuba, El Central, recuerda haber comenzado esta película sin apenas recursos.

Sin embargo, a la firma del contrato con HBO tuvieron que presentarse con un abogado.

“Fue una recompensa después de tanto trabajo. Teníamos muchas ganas de hacer la peli sin pretensiones. Teníamos claro cuán chiquiticos somos para una plataforma como HBO”, explica Ortega.

Con guión de ambos directores y las actuaciones centrales de Héctor Medina (Ernesto), Chaz Mena (Lenin), Néstor Jiménez jr. (Ale) y Cristina García (Lucy), la película comienza en 2017 con la llegada en balsa a Miami de Ernesto, un graduado de Filosofía que busca a su padre, al que creía muerto en la guerra de Angola.

Ernesto se entera por la televisión de que la administración del hoy expresidente Barack Obama derogó un día antes de él llegar la política “Pies secos-Pies mojados”, que desde 1994 le brindaba protección automática a los cubanos que lograban arribar a Estados Unidos.

“La diferencia aquí es que nuestro personaje, Ernesto, no llega deslumbrado. Está lleno de contradicciones. Es un filósofo, un personaje lleno de preguntas y con muy pocas respuestas”, añade.

Aunque es un filme de inmigrantes, no está centrado en esa temática y toca otros temas como el de la homofobia y “la masculinidad tóxica”.

Según Betancourt, que al igual que Ortega emigró a Estados Unidos y ambos están “cerca” de cumplir 34 años, el lenguaje de la película “tiene que ver con nosotros mismos, con la generación de (la actriz y músico) Cristina García, que creció en Miami”.

“Ernesto es de nuestra generación, es un universitario que estudió Filosofía y está adaptándose a una nueva sociedad”, señala.

Ambos directores reconocen “una metáfora” en el título de la película. También que en ella existe “una referencia clara” a “Fresa y Chocolate” (1993), la famosa película de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío que estuvo nominada a los Oscar.

También tuvieron muy presente a “Memorias del subdesarrollo” (1968), de Tomás Gutiérrez Alea, un clásico del cine cubano.

Tras presentarse de manera “online” en el Festival Internacional de Cine Latino de Los Ángeles (LALIFF), “El último balsero” regresó a finales de 2020 a Miami con un recorrido comercial.

Paralelamente, en diciembre de ese año, viajó al Festival de Cine Latinoamericano de La Habana, convirtiéndose en “una pionera con presentaciones paralelas en ambos países, algo que no había sucedido en los últimos 60 años de tensión política”, según un comunicado de prensa.

“Para mi fue una experiencia muy bonita, no teníamos idea de cómo iba a reaccionar el público de los dos lados. La película le habló a la gente, cada cual tiene su película en su cabeza”, dice Betancourt desde Los Ángeles (California), donde se convirtió en el primer cubano con beca en el programa de Dirección del American Film Institute.

Ortega, quien reside en Miami y todavía cree que “fue un enigma que se proyectara allá", prefiere recordar el abrazo de una señora en La Habana.

“Me dijo que ellos necesitaban una película así. El arte a veces funciona para decir cosas que la agente no sabe decir”, explica.

A su juicio, “la película en Cuba demostró que Miami no es un lugar oscuro. Queríamos mostrar el lado del amor y de la identidad cubana por encima de todo”.

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