Son la nueva generación del Partido Comunista Chino: Ataviados con uniformes como los de los soldados comunistas del siglo pasado, cientos de estudiantes se forman en las escuelas del Ejército rojo, creadas para afianzar los valores de la revolución cultural entre la juventud.
"Somos la nueva generación de pequeños guerreros del Ejército Rojo", se enorgullecen en coro los niños, embutidos en sus chaquetas, una réplica de las de los soldados de Mao Zedong que salieron a la conquista de China.
Y, como ellos, "desfilamos con una firmeza incomparable", exclaman.
El himno de la Escuela elemental Ejército rojo de Bichuan que han aprendido es un ejemplo un poco extremo de la "educación patriótica" que fomenta el Partido Comunista Chino (PCCh) para reforzar su legitimidad, en la que los detractores ven una nueva operación de lavado de cerebro.
Cerca de 150 de estas "Escuelas del Ejército rojo", un proyecto financiado por las familias de la "aristocracia comunista" producto de la época revolucionaria, se han extendido desde su fundación en 2007 por todo el país. "Observad este grabado que muestra al Ejército rojo en la huerta", dice el maestro del colegio, Tan Jinping, ante una pizarra digital, el último grito. "¿Qué sentís al ver a estas generaciones procedentes del abuelito Mao?", pregunta a su joven público.
Un niño de 12 años levanta vivazmente la mano y suelta: "Creo que el Ejército Rojo es muy importante. ¡Debemos estudiar el espíritu revolucionario!". Situados en "viejas zonas revolucionarias", las más pobres del país, cuna de la guerrilla comunista, estas escuelas particulares suelen llevar el nombre de dirigentes del partido.
Estos centros no dependen directamente del ejército pero buscan "mejorar las condiciones miserables de la educación" en estas regiones "fomentando el espíritu del Ejército Rojo", según la página web del proyecto.
La iniciativa partió de la viuda del mariscal He Long y de la esposa de Li Ruihan, un alto funcionario jubilado. La viuda de Deng Xiaoping donó 100.000 yuanes (14.100 euros) y la madre del actual presidente Xi Jinping, Qi Xin, 150.000 yuanes (21.200 euros), según la web. "Hoy en día, mientras que la codicia ha invadido todos los aspectos de la vida (...), inculcar el idealismo revolucionario es más importante que nunca", proclama la página web del proyecto.
En caída libre desde el decenio de la revolución cultural (1966-1976), "la educación ideológica" de la juventud china se retomó después de la violenta represión del movimiento estudiantil en Tiananmen en 1989, bajo la batuta del presidente Jian Zemin, quien la reintrodujo desde el jardín de infancia.
Desde ese momento, todo manual escolar contiene un capítulo dedicado a la intrusión europea en China en el siglo XIX, titulado "La humillación que no debemos olvidar", tan importante como la resistencia comunista durante la ocupación japonesa en los años 1940, preludio de la llegada al poder de los comunistas en 1949.
Zheng Wang, de la universidad norteamericana de Seton Hall, opina que el mensaje principal de todo esto "es que el país ha sido salvado por el Partido", por lo que hay que "realzar la legitimidad" después de la tragedia de Tiananmen y de la desaparición de la URSS.