Los calificativos de "dictadura" y "tiranía", con los que -cada vez con más frecuencia- algunas personas, organismos internacionales y medios de prensa se refieren al régimen que Cuba, sonaron claramente esta semana en los oídos de los parlamentarios cubanos y nada menos que en la voz del gobernante Miguel Díaz-Canel.
"Nos tildan de tiranía o dictadura", reconoció el sucesor de Raúl Castro en su discurso ante el Octavo Periodo de Sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, celebrado en el Palacio de Convenciones.
"Rechazamos categóricamente esos términos con los que tratan de ponerle etiquetas a una Revolución", dijo el mandatario, cuya impopularidad se resume en una frase que es tendencia y que emplea una de las ofensas más fuertes usadas por los cubanos: "Díaz-Canel sin***".
Los opositores cubanos de larga data señalan que el sistema totalitario que rige la isla está determinado desde 1959 por el poder de los hermanos Fidel y Raúl Castro, por lo que se refieren al sistema de gobierno en la isla con el término de dictadura "Castro-comunista".
El dramaturgo Yunior García Aguilera, uno de los más activos activistas cubanos en el último año, habló en una rueda de prensa en Madrid sobre la necesidad de que el mundo entienda el carácter fascista del régimen cubano y que se refieran a él como una dictadura o tiranía.
“Entiendo lo complejo que es el caso cubano y entiendo que muchas veces hay una relación romántica con lo que Cuba significa para muchas personas. Lo cierto es que hay una dictadura, una tiranía brutal, como pocas veces se ha visto”, afirmó el activista del 27N y fundador de la Plataforma Archipiélago.
Incluso los que sabían que estaban en un sistema totalmente represivo no asimilaban decir que estaba viviendo bajo una dictaduraKatherine Bisquet
También la poeta y activista Katherine Bisquet destacó recientemente la nueva tendencia entre los cubanos de atreverse a emplear el término "dictadura" para referirse al sistema que los gobierna.
“Esa cosa de poner en boca del pueblo palabras que no existían en el imaginario popular, como la palabra dictadura, es algo totalmente novedoso que nunca había pasado en Cuba en 60 años, que las personas no reconocían, incluso los que sabían que estaban en un sistema totalmente represivo no asimilaban decir que estaba viviendo bajo una dictadura totalmente militar y una dictadura de manual", declaró Bisquet en una entrevista con CADAL.
La poeta, que salió de Cuba bajo un exilio forzado a Berlín junto a su pareja el artista Hamlet Lavastida, encarcelado en la isla por varios meses, explicó: “No tienes que matar ni haber sangre en las calles para para no llamarte dictadura o sea, estás reprimiendo de la forma más cruel, que es a discreción y estás demoliendo almas, estás exiliando a un pueblo entero, a un país entero prácticamente".
“Para mí una de las dictaduras más crueles (…) y sí hay desaparecidos", enfatizó Bisquet.
Para Díaz-Canel, la intención de "satanizar al sistema político cubano, presentándolo como un régimen dictatorial, arbitrario, tiránico y despótico que funciona sin sujeción a la Constitución y las leyes y en oposición a la democracia liberal que exhiben como el ideal democrático" no es una genuina expresión de inconformidad con los gobernantes, como sucede en casi todos los países.
Para él, el descontento popular contra el régimen comunista en la isla está generado artificialmente con "la utilización de algoritmos en redes sociales, a través de los cuales se construyen y acentúan matrices de opinión en públicos diversos, con énfasis en los jóvenes como protagonistas del cambio social; el despliegue de campañas de manipulación, desinformación y fake news que desarrollan los grandes grupos de comunicación".
Sus palabras aludieron también a las numerosas críticas de activistas, periodistas, juristas y organismos internacionales de que Cuba no es un Estado de Derecho, que todas las instituciones de la isla responden al control supremo del Partido Comunista de Cuba y su policía política, y que las leyes de la Constitución cubana son violadas desde los propios organismo del Estado.
Por ello, Díaz-Canel declaró que "en Cuba, la real y no la construida con etiquetas, epítetos y apelativos, todos estamos obligados a cumplir la Constitución. La democracia socialista se expresa y se realiza a través de la participación de la ciudadanía en la conformación, ejercicio y el control del poder estatal y de la vinculación permanente de todos los actores del sistema político con el pueblo".