Geandy Pavón es un reconocido artista cubano radicado en Estados Unidos y educado en la Escuela Nacional de Arte (ENA) en La Habana. Ha trabajado en la zona metropolitana de la ciudad de Nueva York desde 1996.
Es famoso por sus pinturas y series fotográficas como Los cubanoamericanos, Empirio y Némesis. Esta última incluye la proyección de fotos de disidentes y presos politicos chinos y cubanos, entre ellos Oswaldo Payá y Harold Cepero, en embajadas cubanas en España y en la Misión permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, en Nueva York. También ha documentado la migración masiva de cubanos en Costa Rica.
Su más reciente colección de retratos se titula Cuarentena: 40 días y 40 noches. Geandy se encuentra encerrado en la ciudad norteña de Búfalo, en Nueva York, mientras la propagación del coronavirus avanza en todas partes del mundo.
¿De dónde viene la idea de crear la serie, Cuarentena?
Comenzaré por decirte que salí de New Jersey donde vivo, en la zona que bordea el río Hudson mirando la isla de Manhattan, hace hoy justamente 15 días. Vine por carretera hasta Búfalo NY, donde vive mi novia Imara López. La idea era estar solo unos días por acá, pero la situación con el contagio del COVID-19 se fue agravando y decidí permanecer aquí junto a ella.
La idea de crear esta serie surge primero que nada de mi instinto y necesidad como creador. La gran mayoría de las ocupaciones tienen una justificación para detenerse durante una crisis como esta, no así la profesión del artista, justamente porque el arte antes que nada es una necesidad vital.
Hacer arte en reclusión es un reto, por una parte tienes todo el tiempo para perfeccionar una idea, y por otra todas las limitaciones materiales para ejecutarla. He tratado de hacer lo mejor con ese ingrediente que es el tiempo para pensar sin prisas y las pocas cosas que tengo a mi alcance para crear unas imágenes que puedan ser elocuentes, sobre todo si se considera los tiempos en que vivimos.
En resumen y para contestarte más directamente: estos días tendrán una impronta tremenda para el resto de nuestras vidas, ¿cómo no tratar entonces de hacer algo bello de esta experiencia?
¿Las fotos son muy íntimas/sensuales y muy personales...¿me puedes describir el sentimiento que buscas emitir con ellas?
La reclusión es una limitación a la vida, mi serie es una liberación a la posibilidad de otras vidas. He decidido no hacer un recuento fiel o una documentación exacta de esta experiencia, sino más bien utilizar este tiempo en el que algo atenta contra nuestra vida misma, para imaginarme en otras circunstancias, en otros universos, viviendo otras vidas.
Cada fotografía imagina la posibilidad de una existencia diferente, aunque no necesariamente más reconfortante; por tanto, cada imagen articula ideas y sentimientos diferentes. Son como fotogramas de películas diferentes, de géneros diferentes. De ahí que cada imagen responde a estímulos heterogéneos: lo sensual o sexual, lo espiritual, lo político, lo trágico y lo cómico etcétera.
¿Las fotos son planificadas, o más espontáneas?
Todas estas fotografías son el producto de una planeada puesta en escena, de manera que nada es espontáneo. Cada una de estas imágenes está pensada y ejecutada de la misma manera en la que un director prepara la escena antes de que se escuche la voz de “Acción”. Una vez que se escucha esta orden, cada cosa y cada cual está en su lugar y responde a un papel. Yo realmente creo que en el fondo todos los artistas plásticos lo que queremos es hacer una película.
¿Tu novia contribuye a ideas para las fotos?
Muchísimo. Yo le planteo lo que quiero y ella de inmediato sabe cómo adaptar eso a la realidad. No solo es protagonista de las fotografías, también es su productora. Tiene un sentido tremendo de cómo deben lucir las cosas, la época que se está evocando, el vestuario etcétera. Además me parece una excelente modelo-actriz.
¿Cuáles son las limitaciones con las que has tenido que lidiar? ¿Cómo ha sido esta experiencia para ti, dado, por ejemplo, los pocos equipos con que estás trabajando?
Las limitaciones han sido muchas. Me vine a Bufalo solo con mi cámara una Sony aR7 lll y un flash. Aquí he tratado de auxiliarme con lo que está a mi alcance, todas las tiendas de fotografía están cerradas. De manera que mi equipo básico para estas fotografías ha sido una cámara, un flash y dos linternas. En un CVS logré encontrar pegamento y cartulina para poder crear sombras y unos tubos para adaptarlos a las linternas y poder hacer una fuente de luz tipo Spotlight, eso es todo.
Pero a pesar de todas estas limitaciones ha sido una experiencia muy estimulante, digamos que hay que crear no solo la imagen, sino también los medios para poderlo hacer. Este es uno de esos momentos en la vida en el que uno se alegra de ser cubano, y por tanto de tener un ADN diferente a la hora de tenérselas que arreglar con lo que hay, aunque en realidad esto no es una característica única de nosotros, sino de todo aquel que viene de un entorno donde lo normal es la precariedad. “La necesidad es la madre de nuestra invención”, dicen por ahí.
Mi obra fotográfica anterior nada tiene que ver con esto, son circunstancias muy distintas. Mi fotografía ha sido documental y de estudio, principalmente retratos. En ambas situaciones siempre he tenido todo a mi alcance. En el caso de la fotografía documental no he estado circunscrito al espacio del estudio, pero he contado con lo necesario para ejecutar mi trabajo.
Mi formación es de pintor, no de fotógrafo. Una de las cosas que siempre valoré de la fotografía en contraste con el trabajo en un estudio de pintura, es la posibilidad de poder estar en el mundo y no enajenado de él, de poder estar en la vida y entre la gente mientras se crea, y no procesando ideas en soledad para entregarlas luego al colectivo.
Esta serie de alguna manera me ha obligado a conjugar ambas cosas, a conocerme mejor en un tiempo abundante y un espacio limitado. Es una ironía, una fructífera ironía.
¿Te preparas con anticipación, o las ideas te vienen al momento? ¿Tomas las fotos todos los días, o acumulas unas cuantas a la vez, y luego las publicas esparcidamente?
El proceso de concebir cada foto viene después de haber terminado la anterior, tengo todo el día para pensar y concebir una imagen, entonces en la tarde-noche la tomamos la fotografía. De esta forma cada foto es literalmente la foto del día y es publicada consecutivamente a manera de diario, un diario de vidas posibles, de vidas creadas, escenas, posibilidades etcétera.
¿Cuéntame de Imara? ¿Quién es? ¿Qué papel tiene en las fotos? ¿Qué papel tienes tú? ¿Acostumbras a posar en tus fotos? ¿Qué dimensión le aporta esto a las fotos?
Imara es mi cómplice y yo el de ella, alguien que comparte mi pasión por el arte y por la vida, una persona en la que se combinan la sensibilidad y el carácter. Cosas que yo admiro profundamente. En gran medida estas fotografías están concebidas pensando en ella, en su presencia, su forma de estar y de ser. Yo no acostumbro a incluirme en mis fotos, excepto en momentos como estos en los que no me sobran los modelos y estoy obligado a mirarme, a reflexionarme. Es solo una manera de decir, la cámara que yo uso, a diferencia de todas las que tienen los celulares hoy, no tiene espejo
¿Tienes una favorita?
Si, la Pietà. Creé esa obra instantes antes de recibir la noticia de que mis padres están contaminados con el coronavirus. Una fotografía no es solo una imagen, es también el añejamiento que le da a un tiempo y una circunstancia, es una exposición física de una carga metafísica. Esta imagen que es mía y a la vez de todos, tiene eso.