El 12 de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud precisamente cuando en Cuba muchos jóvenes han sido encarcelados solamente por expresarse en las manifestaciones que tuvieron lugar en casi toda la isla el pasado 11 de julio.
Sobre este tema, el intérprete de hip hop y activista conocido por El Funky, dijo a Radio Martí.
“La juventud aquí en Cuba ahora mismo está demasiado triste, ¿me entiende? No tienen opciones, no tienen futuro; aquí, por supuesto, no hay nada que celebrar. Esta nueva generación ahora mismo tiene ‘mucha velocidad’ y no quiere esto”, afirmó el músico cubano.
“Por supuesto, aquí la juventud sabe que puedes estudiar, puedes trabajar, pero no te puedes comprar los tenis que te gustan”, agregó el Funky, uno de los intérpretes de “Patria y Vida”.
En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud, una celebración anual que busca promover el papel de los jóvenes como socios esenciales en los procesos de cambio.
Según el periodista independiente Henry Constantín, quien fuera arrestado a raíz de las protestas populares en Camagüey, en los jóvenes cubanos está el cambio, esos a los que el régimen no ha logrado ideologizar.
“Un grandísimo número de los rostros que caminaron por las calles el 11 de julio, los que le dieron el frente a los perros de la policía, o sea, a los perros pastores alemanes, a los agentes, a los ‘Boinas Negras’, eran rostros jóvenes, en ellos está el cambio y, no por gusto, los presos ahora mismo son jóvenes”, afirmó Constantín.
“Son la gente que dejaron de ver el noticiero, dejaron de leer Granma, o nunca lo leyeron; son personas que no pudieron ser ideologizadas, quizá como lo fueron nuestros padres, y que son los que piensan en progresar, son los que piensan en las nuevas tecnologías, son los que piensan en hablar con libertad”, expresó el periodista independiente.
En opinión de Constantín, lo inmediato es estar preocupados y angustiados hasta que todos los detenidos estén libres.
“Pero, a nivel ‘macro’, a largo plazo, Cuba debe alegrarse sobre todo porque sus jóvenes ya se parecieron por fin a los jóvenes de casi todo el mundo: libres, libres porque quieren serlo”, concluyó Henry Constantín.