El ex embajador de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Lauredo, se inclina por una intervención militar en Venezuela como única opción para sacar a Nicolás Maduro del poder.
“Yo, que soy un hombre liberal, me inclino a una fórmula como hizo el presidente (George) Bush en Panamá con el presidente (Manuel A.) Noriega”, dijo el diplomático a Radio/Televisión Martí.
Lauredo asistió esta semana al cabildo abierto que la diáspora venezolana celebró en la alcaldía de Miami para exigir a Nicolás Maduro que entregue el poder porque considera que lo asumió de manera ilegítima y por segunda vez el 10 de enero último.
“Me duele decirlo, porque soy un hombre de paz y creo en la diplomacia y en el diálogo. Pero no le veo otra alternativa, siento decirlo”, lamentó Lauredo quien representó a EEUU ante la OEA desde diciembre de 1999 hasta junio de 2001.
En cambio, Moisés Rendon, director asociado del programa de las Américas en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo la agencia noticiosa AP que no ve indicios de que la administración del presidente Donald Trump esté considerando una intervención militar.
El senador republicano Marco Rubio adelantó el jueves que Washington podría tomar acciones firmes con celeridad.
“Yo no tengo la menor duda de que si ocurre violencia en contra de nuestro cuerpo diplomático, en contra de Guaidó, en contra de la Asamblea Nacional o en contra de los manifestantes, si eso ocurre no hay futuro para Maduro y la respuesta dependiendo de la acción va a ser sumamente grave y va a ser rápida”, dijo el legislador cubanoamericano a la periodista Carla Angola de EVTV.
En diciembre de 1999, EE.UU. lanzó un operativo militar denominado, Operation Just Cause (Operación Causa Justa), con el fin de capturar al general Manuel Antonio Noriega, gobernante de facto de Panamá reclamado por la justicia estadounidense por narcotráfico.
El apoyo regional
“Todos los recursos del país se los están robando prácticamente, es un crimen en este hemisferio y es muy importante mantener la unidad en la región contra el régimen venezolano”, dijo Lauredo.
Por otro lado, consideró bochornoso que otros países de América Latina carezcan de la militancia que ha demostrado EE.UU. para tratar de salvar a un país hermano.
“Son países donde hay presidentes que han sido democráticamente electos y no han tenido el coraje de decirle al régimen, basta ya”, sentenció.
Sobre el rol de la OEA en los acontecimientos más trascendentales de la región en los últimos años, se mostró complacido con el trabajo del actual secretario general, Luis Almagro, “a quien apoyé y ha sido un gran cambio después del desafortunado (José Miguel) Insulza que desprestigió brutalmente a la organización y fue un cáncer, parte de un grupo de izquierdistas que además de ladrones son ineficientes”.
El diplomático considera que los países tienen que hacer más y asumir responsabilidades, en especial, las naciones con largas tradiciones democráticas como Colombia y México.
El embajador se refirió a la postura diplomática asumida por México como “la gran hipocresía del hemisferio que siempre busca la excusa de respetar la soberanía para no implicarse”.
“Siempre los gringos no tienen que ser los que resuelvan las cosas, los países tienen que madurar individualmente. Creo que la OEA está herida por Insulza, pero confío en que Almagro la va hacer renacer con más fuerza”, indicó Lauredo.
Cuba y la imitación del error
Sobre la influencia y las implicaciones del régimen de Cuba en Venezuela, señaló que resulta curioso que un régimen de tantos fracasos sea modelo para Venezuela, una lógica que calificó de absurda.
“Imitar el fracaso es parte de esta patología psicológica de izquierdistas que gobiernan bajo la figura de Bolívar, por ejemplo, no son más que una mafia oculta tras la teoría del pueblo, la libertad pero que al final tiene miles de millones en Suiza, desafortunadamente, muchos en EE.UU, en Miami, y Washington como gobierno tiene que tomar acción en contra de esas personas”, dijo el diplomático que hoy ocupa un escaño como concejal en el gobierno de la ciudad de Key Biscayne, Florida.