Un grupo de organizaciones cubanas políticas, sociales, laborales, culturales, intelectuales, religiosas y de derechos humanos se han agrupado en una apuesta por la reconciliación y la transición no violenta hacia un estado soberano de derecho, de acuerdo a un comunicado publicado el viernes.
Consenso Cubano, como se denomina la agrupación, confía en que los cubanos podrán "lograr los cambios necesarios a través de procesos no violentos".
A continuación reproducimos parte de este comunicado:
"Trabajaremos para crear una Cuba nueva, mejor que la de hoy y que la de ayer. Una Cuba democrática, donde la soberanía radique en el pueblo, dotada de una constitución que proteja y promueva todos los derechos humanos–políticos, civiles, económicos, religiosos, sociales y culturales– y garantice un estado de derecho secular y con poderes separados.
En esa nueva Cuba imperará el principio de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley en un marco de iguales oportunidades y justicia social. La discriminación e intolerancia por razones de raza, género, incapacidad, ideas políticas, credo, nacionalidad u otro motivo no serán permitidas y se trabajará también tenazmente por erradicar las raíces culturales que les han permitido subsistir hasta el presente.
Estamos convencidos de que esa Cuba tendrá una economía pujante y productiva que promueva un desarrollo sostenible -que por ello podrá extender especial consideración y apoyo a los sectores más vulnerables de la sociedad-apuntalada en el capital intelectual de todo el pueblo cubano, producto de su educación y experiencia adquiridas tanto en la Isla como en el exterior, y en la virtud del trabajo y el respeto a la dignidad del trabajador. Será una economía libre y a la vez orientada a la protección y fomento de la plena justicia social, donde todos los cubanos encuentren igualdad de oportunidades para labrar su futuro, basados en su trabajo, conocimientos y desempeño".
RECONSTRUYAMOS LA NACIÓN Y LA PATRIA: PROSPERIDAD CON LIBERTAD
¿Dónde estamos?
Dos catástrofes se han conjugado. Una natural, la otra histórica. El huracán Irma arrasó a Cuba con una fuerza destructiva excepcional. Lo esperaba un país ya arruinado por casi seis décadas de un sistema que, siendo incapaz de generar riquezas ni respetar libertades, ha impulsado a casi un 18% de la población a migrar.
La nación cubana es hoy transnacional. Sin embargo, ha sido quebrada por un régimen de gobierno estatista e ideológicamente excluyente que se permite el lujo de prescindir del talento de quien no se muestre sumiso a sus dictámenes.
Para reconstruir el país es imprescindible rearticular la nación transnacional. Para ello gozar de una sociedad abierta donde exista la libertad para la acción conjunta de sus dos mitades: los residentes en la isla y en el exterior. La nación cubana, en su conjunto, acumula tres formas de capital: humano, social y financiero.
El problema de Cuba no se resuelve con una inyección masiva de capitales –sean inversiones, subsidios o donaciones- desde el exterior sino rearticulando la nación cubana. Cuba recibió el equivalente a varios planes Marshall desde la URSS y Venezuela. El sistema parasitario e ineficiente que los recibió demostró su incapacidad por seis décadas para sacarles provecho e incluso para pagar lo adeudado a sus generosos acreedores. Consumió cientos de miles de millones de divisas, pero siguió siendo incapaz de generar riquezas y prosperidad sostenida.
Un futuro deseable para Cuba solo puede alcanzarse con la sustitución de ese obsoleto sistema por una sociedad abierta, con modernas tecnologías de la información. Necesitamos convertirnos en una sociedad del conocimiento del siglo XXI, capaz de incentivar el talento y laboriosidad de todos los cubanos –donde quiera que hoy radiquen- y conectarnos a los diferentes procesos globales económicos, científicos y tecnológicos.
¿A dónde queremos ir?
Para alcanzar esos objetivos y reconstruir la nación y el país se hace imprescindible lo siguiente:
1) Libertad de acceso a internet para todos los cubanos a los precios promedio del mercado internacional para que la economía y sociedad cubana queden conectadas e incorporadas al siglo XXI.
2) Libertad plena de movimiento de todos los cubanos tanto para fijar residencia entre municipios y provincias como para entrar y salir de la Isla sin requerir ningún permiso ni tener límite de tiempo.
3) Libertad económica para todos los cubanos. Ejercicio pleno del derecho a la propiedad privada de sus empresas y medios de producción. Cese de la lista de actividades privadas autorizadas, fin de las restricciones a los profesionales, cese de las restricciones a los cubanos residentes en el exterior. Fin del monopolio estatal del comercio de importación y exportación, mayorista y minorista, y de las tarifas aduanales abusivas.
4) Libertad plena de expresión, asociación, movimiento y creación para todos los cubanos. Los ciudadanos – trabajadores, profesionales, empresarios, periodistas, académicos y artistas-, podrán expresarse y crear con libertad y podrán establecer asociaciones, las que podrán ejercer autonomía económica y poseer medios de comunicación.
5) Libertad para elegir y ser elegidos de manera democrática y así ocupar cualquier responsabilidad nacional, provincial o local en procesos electorales pluralistas, trasparentes y libres de toda exclusión o discriminación.
6) Medidas para poder garantizar la protección permanente e irreversible de libertades y derechos universalmente reconocidos:
Fin inmediato de toda discriminación por cualquier razón así como de la criminalización de la opinión y de las consiguientes represalias, agresiones físicas, verbales, administrativas o judiciales.
Fin de las leyes de peligrosidad pre-delictiva, así como de las sanciones y encarcelamientos arbitrarios. Revisión de causas penales y consiguientes amnistías. La amnistía debe cubrir tanto a los presos políticos como a todas las personas que fueron encarceladas por acciones que de ahora en adelante se descriminalizarían.
Ratificación e implementación de pactos, convenios y protocolos internacionales de los derecho humanos incluidos, el Protocolo Adicional del Pacto contra la Tortura y el respeto absoluto a los Convenios y las declaraciones de carácter vinculante de la Organización Internacional del Trabajo.
7) Libertad de los trabajadores a acceder a un trabajo decente y a la libre elección de su trabajo sin discriminación de ningún tipo, con posibilidades de negociar directamente sus contratos de trabajo y el pago de su labor, y en el caso de las empresas mixtas y extranjeras, eliminando al Estado como intermediario, con plena libertad a una sindicalización libre, independiente y democrática.
8) Reclamamos mejorar de inmediato las condiciones económicas de los jubilados y pensionados, para que puedan disfrutar de una vida y de una vejez conforme a la dignidad plena de la persona humana. Se hace imprescindible revisar periódicamente el monto de las jubilaciones y las pensiones para evitar la pérdida de sus valores reales a causa de la inflación y de los costos de la canasta familiar.