“Los ciudadanos cubanos en el exterior tendrán la posibilidad de participar en el debate del Proyecto de la nueva Constitución", dijo a la prensa en Cuba, Ernesto Soberón Guzmán, director de Asuntos Consulares y de Cubanos Residentes en el Exterior de la cancillería de la isla.
Según el funcionario los casi dos millones de cubanos residentes en el exterior (la mayoría viven en Estados Unidos y España) podrán exponer sus opiniones en el sitio digital del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
El proceso implica conectarse a Internet para participar durante 3 meses en lo que llaman “consulta popular” con el fin de "contribuir al desarrollo de una sociedad cubana socialista".
Los residentes en el extranjero no podrán votar en el referendo para aprobar los cambios, se desconoce el mecanismo para que las opiniones o sugerencias de los que viven en el exterior sean reflejadas en el proyecto de reforma.
El régimen de La Habana no permite a los cubanos residentes en el extranjero votar en las elecciones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, y allí es donde se elige al presidente de los Consejos de Estado y Ministros.
La ley electoral de 1992 aclara que para votar en Cuba se necesita “ser residente permanente en el país por un periodo no menos de dos (2) años antes de las elecciones y estar inscripto en el Registro de Electorales del municipio o en la lista de una circunscripción electoral especial”.
El Artículo 21 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU estipula que “toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos”.
En octubre del 2016, un grupo de exiliados pidió que los cubanos residentes en el extranjero fueran considerados electores por la legislación vigente, y tener así acceso de inscripción en el registro electoral. Para ellos no hubo respuesta de las autoridades cubanas.
¿Cómo se vota desde el extranjero?
En más de 150 países los ciudadanos que residen en el extranjero pueden votar en elecciones nacionales e inclusive locales. En el continente latinoamericano hay 16 naciones que tienen regulaciones y dispositivos para permitir la emisión del voto de electores que se encuentran fuera de su territorio.
En el siglo XX, el primero país latinoamericano en adoptar la medida fue Colombia en 1961, seguido de Brasil en 1965, Perú en 1979,Argentina en 1991, Venezuela en 1993 y República Dominicana en 1999.
En el siglo XXI muchas más naciones facilitaron a sus ciudadanos el derecho a votar en el extranjero. Honduras en el 2001, Ecuador en el 2002, México en el 2005, Panamá en el 2006, Bolivia en el 2009, Haití en el 2011, Paraguay en el 2012, en el 2013 se unen Costa Rica y El Salvador y en el 2014 lo hizo Chile.
En muchos casos, aunque existió la ley, su aplicación tardó años.
Bolivia, Costa Rica, El Salvador, Ecuador, Honduras y Panamá promulgaron la ley y la implementaron inmediatamente.
Otros requirieron 12 meses para establecer los mecanismos, tal y como sucedió en Colombia, Perú, México y Paraguay.
Argentina dos años más tarde, Chile cuatro años después, Venezuela tardó 5 años, República Dominicana 6 años; y Brasil lo hizo en 1989, casi 20 años después de promulgada la ley.
Y aunque existe la ley, en ocasiones no logran los nacionales que su voz sea escuchada, como pasó en las presidenciales de Haití en el 2015, a pesar de que el decreto existía desde el 2011.
En la mayoría de los casos en América Latina son elecciones nacionales (presidenciales y legislativas) pero también en caso de referéndum, como sucedió en Colombia en el 2016 relacionado con la firma de acuerdos de paz entre el gobierno de José Manuel Santos y las FARC.
En casos como Venezuela, se permite el voto en las elecciones presidenciales pero no en parlamentarias o de gobernadores.
Los analistas afirman que existe una correlación lineal con el derecho al voto en el extranjero y los procesos de acceso o restauración de la institucionalidad democrática. Por lo que el voto en el extranjero representa una respuesta político-institucional muy consecuente y legítima a las prédicas y a las exigencias de democratización y de universalización del sufragio.
Pero hay naciones con democracia marcada, como la República Checa o Hungría que no establecen en el voto para los residentes en el extranjero y regímenes autoritarios que si lo tienen como Kazajistán y Bielorrusia.
Algunos países regulan el tiempo de permanencia en el extranjero con el derecho al voto de sus ciudadanos.
Entre los principales objetivos que suelen esgrimirse para lograr un mecanismo legislativo que permita el voto está: contribuir a la legitimación de un renovado orden político o electoral, saldar, (aunque sea de manera simbólica), una factura con quienes se vieron forzados al exilio por la imposición de regímenes autocráticos y expandir los atributos del régimen democrático.
Hay 3 países que todavía no permiten el voto en el exterior, como Guatemala, Nicaragua y Uruguay.
En los casos de Bolivia, República Dominicana y Venezuela la fuerza determinante para la materialización del voto en el exterior fue la presión sistemática ejercida por grupos representativos o fuerzas afines a los potenciales beneficiarios.
Los países latinoamericanos organizan las elecciones en las embajadas o consulados, pero cada vez más se amplía el espectro, con la inclusión del voto postal (El Salvador) y por Internet, modalidad iniciada por Estonia en el 2005. Hoy día en América Latina lo hacen México y Panamá.
Para el registro de los electores lo hacen vía Internet en Latinoamérica Argentina, El Salvador, México, y Panamá. El registro para los panameños se puede hacer vía Skype. En muchos casos la participación es limitada a un grupo de países donde se tiene representación diplomática.
Algunos países, como Colombia tienen un legislador, que salió de las urnas instaladas en el exterior, como fue el caso de Juan David Vélez Trujillo. En México, varios de las asambleas estatales (Chiapas, Durango, Guerrero y Zacatecas) tienen uno o dos representantes de las comunidades migrantes.
¿Y qué pasa en Cuba?
Los extranjeros con residencia permanente en Cuba pueden votar en las elecciones nacionales, pero los cubanos que viven en el extranjero no pueden participar en los comicios.
Varios países organizan en sus embajadas y consulados en Cuba las votaciones presidenciales, nacionales o para referéndum. La prensa oficialista del régimen publica en ocasiones el llamamiento de las embajadas para que los ciudadanos de estos países acudan el día de las elecciones a votar en las sedes diplomáticas.
Inclusive el diario del Partido Comunista de Cuba, Granma, publicó en septiembre del 2016, por primera vez en su historia una nota informativa de la embajada de Estados Unidos, donde convocaban a los ciudadanos estadounidenses en la isla a registrarse para votar en las elecciones presidenciales desde sus oficinas en La Habana.
Cuando los colombianos fueron a un plebiscito en octubre del 2016 para decidir sobre la aprobación o negación del acuerdo firmado en La Habana entre el gobierno de Santos y la narcoguerrilla de las FARC, el diario de los comunistas cubanos volvía a dar sus páginas para invitar a la cita en las urnas.