El primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, volvió al discurso de "dentro de la Revolución todo; contra la Revolución, nada", pronunciado por Fidel Castro en 1961 y que sentenció la política cultural de la isla en el documento que se conoce como "Palabras a los intelectuales".
En una intervención en los debates de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento), el dirigente cubano dijo que: "La política cultural de la Revolución es una sola", afirma Díaz-Canel.
En la sesión del parlamento cubano se insistió en que "la política cultural en los espacios públicos, un tema que propició un intenso debate en el que además participaron el Asesor del Presidente cubano, Abel Prieto; el ministro de Cultura Julián González y otros funcionarios del Instituto Cubano de Radio y Televisión y el Ministerio del Comercio Interior", según revelaron varias fuentes de la prensa oficial.
"Lo simbólico es vital en estos tiempos", expresó el Vicepresidente y enseguida advirtió sobre lo que es ya un peligro para la cúpula comunista: "Los adversarios del proceso cubano pretenden utilizar la cultura como plataforma de restauración capitalista. Por eso insisten en la banalización, en la vulgarización de la cultura", señaló.
Las nuevas relaciones establecidas entre el régimen de La Habana y el Gobierno de Estados Unidos estuvieron en la mesa de discusión de los parlamentarios cubanos, pero para advertir lo que ya consideran puede ser un vehículo de penetración ideológica. "Cuba debe aprovechar las oportunidades económicas que esa circunstancia ofrece, pero debe asumir también el desafío ideológico", reseña el periódico estatal Trabajadores, órgano de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
El reporte de la Agencia de Información Nacional (AIN) se refirió a los "contenidos en disonancia con la principios éticos de la Revolución", a partir de planteamientos de los delegados a la Asamblea Nacional. Entre otros temas, los integrantes de la Asamblea criticaron espacios públicos como el transporte, centros de recreación y centros escolares, acusados de distorsionar la política cultural cubana.