Marcadas, las casas de los disidentes en Cuba son marcadas con pintura, a manera de escarnio público. Así vandalizaron este martes la sede de las Damas de Blanco en el barrio de Lawton, y la del coordinador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), en el barrio de Calabazar, ambas en La Habana.
La vocera del movimiento femenino, Berta Soler Fernández, denunció el hecho a Martí Noticias: “Hemos amanecido con toda la fachada de la sede de las Damas de Blanco pintada con pintura negra”.
No bastó con embadurnar el frente y lo hicieron hasta en el interior de la propiedad. “No conforme con eso la tiraron para dentro del portal”, explicó la opositora.
Soler Fernández acusó directamente a un oficial del daño a su vivienda. “Sabemos que esto es obra del departamento de Seguridad del Estado, ordenado por Ariel Arnau Grillé, alias ‘Luisito’, quien dirige ‘Enfrentamiento’ en la Sección 21, contra las Damas de Blanco”.
Por otra parte, Zaqueo Báez Guerrero, coordinador de UNPACU en La Habana, dijo que su casa fue apedreada en la madrugada.
"Estábamos durmiendo y empieza un estruendo muy grande: piedras cayendo en el techo de la casa. Salimos y nos dimos cuenta de que rompieron dos tejas, una en el cuarto del niño de nostros y otra en el nuestro. Esas personas se esconden...", aseguró Báez.
Es práctica común que los opositores cubanos reciban ataques a sus viviendas, en la mayoría de los casos, ocasionadas por personas sin identificar, en horas de la noche o madrugada.
La Ley Nº 62 del Código Penal cubano, que data del 29 de diciembre, 1987 explica en el capítulo XI el delito de daños en el Artículo 339.1: “El que destruya, deteriore o inutilice un bien perteneciente a otro, es sancionado con privación de libertad de tres meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas o ambas. 2. Si el objeto dañado tiene un valor considerable o a causa del hecho se produce un grave perjuicio la sanción es de privación de libertad de uno a tres años o multa de trescientas a mil cuotas o ambas”.
El abogado guantanamero Roberto de Jesús Quiñones, explica que este tipo de acciones son consideradas de daño menor y que en realidad buscan intimidar a los afectados y limitarles sus movimientos.
En la mayoría de los casos cuando acuden a la policía, les piden que identifiquen a quienes ejecutaron el acto vandálico, asegura Quiñones.
Han sido notorios los casos de lanzamiento de piedras, pintura (asfaltín) y excrementos contra residencias de los disidentes, como son las de Oswaldo Payá Sardiñas, Marta Beatriz Roque, Sara Martha Fonseca Quevedo, ésta última en el municipio Boyeros, o la vivienda de los hermanos Agustín y Jorge Cervantes, integrantes de la Unión Patriótica de Cuba cuando residían en el municipio Contramaestre, Santiago de Cuba.
Con información de Ivette Pacheco. Siga a Luis Felipe Rojas @alambradas