Padres de niños de la escuela especial Reynerio Almaguer Paz de Holguín consideran que sus hijos son abusados por esa institución educativa, que los pone a trabajar bajo condiciones inapropiadas para su edad y condición física.
En esa escuela especial, donde estudian menores con discapacidad mental, se imparten varias modalidades de trabajo, entre ellas peluquería, artesanía, cocina, corte y costura y en el huerto.
"Los que peor parte han llevado son los que trabajan en la parcela", asegura el médico Ramón Zamora, quien hace dos meses sacó a su hijo Dixán de la escuela.
Trabajan en el huerto ubicado en el Círculo Infantil Juana de la Torre, próximo a la escuela. Allí siembran maíz, lechuga, tomate y quimbombó.
Los menores tienen que preparar la tierra para el cultivo sin bueyes ni arados, explicó Zamora:
"Ahí es donde está el abuso porque los niños tienen que tirar el arado como si fueran bueyes y bajo un sol sofocante".
"Es muy triste lo que ocurre allí", dijo Maidín Góngora, esposa de Zamora.
Góngora buscó respuestas ante la dirección de la escuela; primeramente, para proteger a su hijo y, luego, decidió indagar por los demás niños.
"Cuando vimos que los usaban en trabajos forzados en la parcela, fuimos y reclamamos. A nuestro hijo lo cambiaron para otra labor pero, desgraciadamente, no ocurrió con los demás", dijo la mujer.
El matrimonio asegura que la mayoría de los menores que asisten a esa escuela son hijos de padres con problemas sociales (alcohólicos, presos, conductas delincuenciales) y por lo general no se preocupan por ellos.
"Nosotros decidimos seguir adelante con la divulgación de otros casos porque es muy triste ver lo que ocurre con los demás niños y que nadie abogue por ellos", dijo el médico que está muy al tanto del caso del menor Cristian Hernández Hernández de noveno grado.
"El padre de Cristian se quejó porque su hijo debe trabajar en ese huerto en condiciones difíciles. Pero nunca ha recibido respuesta favorable", dijo Zamora.
"El niño sigue sometido al sol por varias horas, y la mayoría de las veces debe ir con zapatos que otras personas de buena fe le han regalado", explica Zamora.
Martí Noticias indagó sobre las denuncias, vía telefónica, con Marcia Ochoa Mullet, la directora de la escuela especial.
La directora negó categóricamente que allí los niños fueran sometidos a trabajos forzados.
Enfatizó que los menores asignados a la parcela lo hacen como parte de la asignatura de Técnicas Básicas Agropecuarias.
"Lo que utilizan son azadones, rastrillos, picachones y regaderas; pero nunca arados", explicó la directora.
En la escuela existe un libro de incidencias con quejas de los padres, aseguró la directora, y añadió: "Nunca se han acercado a plantear esos problemas".
"El plan de estudios de la enseñanza establece tanto en la especial como la enseñanza primaria, todos los alumnos deben asistir a una sección de trabajo en la parcela escolar. Pero no les facilitan ni zapatos, ni ropas y tampoco se les paga por esa labor", concluyó la directora.
