Durante su discurso en la primera plenaria de la VII Cumbre de las Américas Panamá 2015 esta mañana, el presidente Barack Obama dijo acerca de la nueva relación entre su país y Cuba que Estados Unidos no será prisionero del pasado sino que mirará "hacia el futuro y las políticas que mejorarán la vida del pueblo cubano".
"La Guerra Fría terminó hace mucho tiempo y no me interesa que siga habiendo batallas que, francamente, comenzaron antes de que yo naciera", dijo el mandatario.
Tras enumerar las nuevas oportunidades que crea para los cubanos la nueva política de la Casa Blanca en materia de viajes, comercio, intercambios culturales, telecomunicaciones "y, potencialmente, inversiones", Obama subrayó que el cambio en la política estadounidense hacia Cuba representa un punto de inflexión para la región: "El hecho de que el presidente Castro y yo estemos sentados aquí es un momento histórico", señaló.
"Tampoco es secreto –y el presidente Castro estará de acuerdo– que nosotros tendremos diferencias significativas entre nuestros dos países. Nosotros seguiremos hablando en nombre de los derechos universales que a nuestro entender son importantes, y estoy seguro de que el presidente Castro seguirá hablando de los temas que para él revisten importancia. Pero también creo firmemente que si seguimos avanzando y aprovechamos el impulso para buscar nuestros intereses comunes, entonces las mejores relaciones entre Estados Unidos y Cuba crearán nuevas oportunidades a lo largo de la región para la prosperidad, la seguridad, la salud y la dignidad de nuestros pueblos".
El mandatario estadounidense también ripostó las críticas que le hizo durante su discurso el recién llegado a la Cumbre presidente de Ecuador, Rafael Correa, por las recientes sanciones de Washington a funcionarios venezolanos involucrados en la represión.
"Estoy sumamente consciente de que hay capítulos oscuros en nuestra historia en los que no hemos observado y cumplido con los principios e ideales sobre los cuales se fundó nuestra nación. No podemos reivindicar la perfección", dijo,
"Sin embargo, quiero que quede muy claro que cuando nosotros hablamos de Derechos Humanos no tiene que ver con que pensemos que somos perfectos, sino con que creemos que el ideal de no encarcelar a la gente que está en desacuerdo es la idea más justa. Creo que si creemos en la democracia, eso significa que todo el mundo tiene la oportunidad de hablar y ofrecer sus opiniones para defender lo que opina es justo, de rezar y tener un credo, y organizarse y reunirse como lo considere apropiado".
