El fastuoso hotel Washington Marriot Wardman Park acogió con todo éxito el XXXI Congreso Internacional del Latin American Studies Association (LASA). Como cada año, un enjambre de académicos e intelectuales de todo el continente se encontraron para reflexionar e intercambiar experiencias sobre la vida política y sociocultural del hemisferio. Sin embargo, en esta edición, celebrada entre los días 29 de mayo y 1ro de junio, un nuevo rostro de la realidad cubana tomó cuerpo en la percepción y los conocimientos de los delegados al evento: por primera vez LASA recibió una delegación de académicos e intelectuales independientes que residen en Cuba.
Tradicionalmente, el cónclave había sido escenario exclusivo de las andanzas y correrías de nutridas delegaciones oficialistas que en el conclave hacen todo género de juegos malabares para mantener en sus proyecciones la alineación ideológica con el régimen, fortalecer sus vínculos y relaciones con personalidades e instituciones de otros países y a la vez dar una aceptable imagen en un ambiente de diversidad y pluralismo intelectual.
Los representantes oficialistas cubanos en sus ponencias, intercambios y confrontaciones con intelectuales interesados en la realidad cubana, pero no bien empapados de sus interioridades, hacen por lo general un retrato deficiente e incompleto de la Cuba actual. Algunas de las ponencias analizadas adolecen de una inexplicable debilidad intelectual y simplicidad argumental.
En la edición recién concluida una delegación del Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR) entró al evento por derecho propio para llevar allí el testimonio y la experiencia sobre la Cuba real, esa que no está reflejada en las postales turísticas y mucho menos en las presentaciones de los delegados gubernamentales.
En el panel "Cuba y la problemática racial", Juan Antonio Alvarado, editor jefe de la Revista Islas, Manuel Cuesta Morúa, líder del Proyecto Nuevo País, Juan A. Madrazo, coordinador nacional del CIR, Rafel Campoamor, Presidente de la ONG Empoderacuba y Leonardo Calvo, expusieron diferentes aristas y perspectivas de la sociedad cubana.
Una exposición de fotografías de la Cuba profunda y la lucha por la igualdad descubiertas por el lente de Juan A. Madrazo sirvió de marco a las exposiciones sobre la realidad sociocultural de los afrodescendientes en América Latina, la historia, actualidad y perspectivas de las relaciones interraciales en la Isla y las potencialidades de la democracia deliberativa para la reconstrucción de las correlaciones políticas y cívicas en nuestro país.
El panel, de por sí ya histórico, se desarrolló con todo éxito de público y participación. Los asistentes motivados por las ponencias brindaron una amplia gama de comentarios y preguntas que contribuyeron a enriquecer las exposiciones de los panelistas y extender el tiempo programado para el panel.
Llama la atención el hecho de que a pesar de la solidez y profundidad de los análisis y críticas expresados por los panelistas independientes, las decenas de académicos oficialistas asistentes al evento se abstuvieron de rebatir con argumentos las exposiciones de los miembros del CIR.
Los activistas-académicos en este evento se convirtieron también en miembros de la Sección Cuba de LASA, para romper el monopolio por tanto tiempo ejercido por los representantes oficialistas. Por cierto los miembros independientes de LASA se alistan a participar en la reunión de la Sección Cuba convocada para octubre próximo, lo cual plantea un nuevo reto para las autoridades cubanas muy poco acostumbradas a convivir con la diversidad y la libre expresión.
El XXXI Congreso de LASA fue nuevamente escenario de la confrontación y la intolerancia que ha caracterizado la vida de nuestra nación. Varios delegados oficialistas no recibieron la visa para asistir al evento, mientras el economista Omar Pérez Everleny fue privado de asistir por decisión de las autoridades cubanas.
Este último Congreso de LASA es historia porque ya aconteció, pero es histórico en tanto los miembros del CIR allí presentes así como el escritor Orlando Luís Pardo y profesionales de varios países ―también asistentes al evento― demostraron que desde la sociedad civil independiente es posible generar discurso intelectual y propuesta política coherente.
En otro sentido, destacan los contactos, vínculos y relaciones establecidas por los activistas independientes con representantes de numerosas instituciones y espacios académicos de varios países.
LASA 2013 rompió el monopolio oficialista en un ámbito importante del escenario intelectual continental y además abrió una puerta muy importante donde la sociedad civil independiente puede mostrar al mundo la otra cara de una realidad tantas veces escamoteada y manipulada por una hegemonía intelectual definitivamente rota en la cálida primavera de la monumental y acogedora capital de los Estados Unidos.
Publicado en Primavera Digital el 15 de julio de 2013.
Tradicionalmente, el cónclave había sido escenario exclusivo de las andanzas y correrías de nutridas delegaciones oficialistas que en el conclave hacen todo género de juegos malabares para mantener en sus proyecciones la alineación ideológica con el régimen, fortalecer sus vínculos y relaciones con personalidades e instituciones de otros países y a la vez dar una aceptable imagen en un ambiente de diversidad y pluralismo intelectual.
Los representantes oficialistas cubanos en sus ponencias, intercambios y confrontaciones con intelectuales interesados en la realidad cubana, pero no bien empapados de sus interioridades, hacen por lo general un retrato deficiente e incompleto de la Cuba actual. Algunas de las ponencias analizadas adolecen de una inexplicable debilidad intelectual y simplicidad argumental.
En la edición recién concluida una delegación del Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR) entró al evento por derecho propio para llevar allí el testimonio y la experiencia sobre la Cuba real, esa que no está reflejada en las postales turísticas y mucho menos en las presentaciones de los delegados gubernamentales.
En el panel "Cuba y la problemática racial", Juan Antonio Alvarado, editor jefe de la Revista Islas, Manuel Cuesta Morúa, líder del Proyecto Nuevo País, Juan A. Madrazo, coordinador nacional del CIR, Rafel Campoamor, Presidente de la ONG Empoderacuba y Leonardo Calvo, expusieron diferentes aristas y perspectivas de la sociedad cubana.
Una exposición de fotografías de la Cuba profunda y la lucha por la igualdad descubiertas por el lente de Juan A. Madrazo sirvió de marco a las exposiciones sobre la realidad sociocultural de los afrodescendientes en América Latina, la historia, actualidad y perspectivas de las relaciones interraciales en la Isla y las potencialidades de la democracia deliberativa para la reconstrucción de las correlaciones políticas y cívicas en nuestro país.
El panel, de por sí ya histórico, se desarrolló con todo éxito de público y participación. Los asistentes motivados por las ponencias brindaron una amplia gama de comentarios y preguntas que contribuyeron a enriquecer las exposiciones de los panelistas y extender el tiempo programado para el panel.
Llama la atención el hecho de que a pesar de la solidez y profundidad de los análisis y críticas expresados por los panelistas independientes, las decenas de académicos oficialistas asistentes al evento se abstuvieron de rebatir con argumentos las exposiciones de los miembros del CIR.
Los activistas-académicos en este evento se convirtieron también en miembros de la Sección Cuba de LASA, para romper el monopolio por tanto tiempo ejercido por los representantes oficialistas. Por cierto los miembros independientes de LASA se alistan a participar en la reunión de la Sección Cuba convocada para octubre próximo, lo cual plantea un nuevo reto para las autoridades cubanas muy poco acostumbradas a convivir con la diversidad y la libre expresión.
El XXXI Congreso de LASA fue nuevamente escenario de la confrontación y la intolerancia que ha caracterizado la vida de nuestra nación. Varios delegados oficialistas no recibieron la visa para asistir al evento, mientras el economista Omar Pérez Everleny fue privado de asistir por decisión de las autoridades cubanas.
Este último Congreso de LASA es historia porque ya aconteció, pero es histórico en tanto los miembros del CIR allí presentes así como el escritor Orlando Luís Pardo y profesionales de varios países ―también asistentes al evento― demostraron que desde la sociedad civil independiente es posible generar discurso intelectual y propuesta política coherente.
En otro sentido, destacan los contactos, vínculos y relaciones establecidas por los activistas independientes con representantes de numerosas instituciones y espacios académicos de varios países.
LASA 2013 rompió el monopolio oficialista en un ámbito importante del escenario intelectual continental y además abrió una puerta muy importante donde la sociedad civil independiente puede mostrar al mundo la otra cara de una realidad tantas veces escamoteada y manipulada por una hegemonía intelectual definitivamente rota en la cálida primavera de la monumental y acogedora capital de los Estados Unidos.
Publicado en Primavera Digital el 15 de julio de 2013.