El hombre se contempla a sí mismo a través del cine, recrea su realidad y el éxito de su representación depende en gran medida de cuán identificado se sienta el público con la obra. Siguiendo este principio el joven realizador camagüeyano, Yosmani Acosta, llevo por primera vez a la pantalla cubana una cinta dedicada por entero a la violencia intrafamiliar, en este caso protagonizada por la historia de un niño a quien llamo, Pablo.
Entrevistado por Martínoticias Acosta dijo que “a las personas les gusta fantasear y me acuerdo que al principio en La Habana se comentaba que era una historia real. Lo cierto es que la película está basada en historias reales y también un poco en la ficción”.
Para este director cubano el tema de la violencia intrafamiliar dentro de Cuba requirió un exhaustivo proceso de investigación previo que lo llevó a descubrir entre otros al caso de un abuelo que había asesinado a toda su familia incluyendo a sus nietos, al de los menores que se suicidan en la isla o a los que tienen que trabajar desde bien pequeños.
“Cuando ya teníamos cierto margen de tiempo indagando sobre el tema dejamos de investigar porque el objetivo al fnal era hacer llegar una historia con sentimiento no una historia de terror ni que la gente le cogiera miedo a la historia”, explica Acosta.
El periodista independiente de la agencia Yayabo Press Jose Ramon Borges dice que la trama de Pablo no está muy lejos de la realidad de los niños cubanos que sufren de violencia por parte de la familia cubana afectada “económica y moralmente”.
Estos dos elementos hacen que la violencia se manifieste en “los esposos contra las esposas, padres contra hijos, hijos contra padres, la violencia está en todos partes”, señala preocupado Borges.
La bloguera Miriam Celaya rueda en su pensamiento las escenas diarias de los niños que en La Habana Vieja son “mandados por adultos” para que les pidan dinero a los extranjeros. “Algunas veces tú ves a mujeres con varios niños pidiendo y no son ni sus propios hijos, son los hijos que alguien le alquiló”.
De visita en los Estados Unidos hasta el venidero mes de septiembre y después de apreciar como viven los infantes en varios países del mundo, Yosmani Acosta piensa que en Cuba quedan todavía muchas cosas para proteger a los niños.
La cinta cubana Pablo fue galardonada en las categorías de mejor director y mejor actor secundario en el Festival de Cine de Nueva York.
Entrevistado por Martínoticias Acosta dijo que “a las personas les gusta fantasear y me acuerdo que al principio en La Habana se comentaba que era una historia real. Lo cierto es que la película está basada en historias reales y también un poco en la ficción”.
Para este director cubano el tema de la violencia intrafamiliar dentro de Cuba requirió un exhaustivo proceso de investigación previo que lo llevó a descubrir entre otros al caso de un abuelo que había asesinado a toda su familia incluyendo a sus nietos, al de los menores que se suicidan en la isla o a los que tienen que trabajar desde bien pequeños.
“Cuando ya teníamos cierto margen de tiempo indagando sobre el tema dejamos de investigar porque el objetivo al fnal era hacer llegar una historia con sentimiento no una historia de terror ni que la gente le cogiera miedo a la historia”, explica Acosta.
El periodista independiente de la agencia Yayabo Press Jose Ramon Borges dice que la trama de Pablo no está muy lejos de la realidad de los niños cubanos que sufren de violencia por parte de la familia cubana afectada “económica y moralmente”.
Estos dos elementos hacen que la violencia se manifieste en “los esposos contra las esposas, padres contra hijos, hijos contra padres, la violencia está en todos partes”, señala preocupado Borges.
La bloguera Miriam Celaya rueda en su pensamiento las escenas diarias de los niños que en La Habana Vieja son “mandados por adultos” para que les pidan dinero a los extranjeros. “Algunas veces tú ves a mujeres con varios niños pidiendo y no son ni sus propios hijos, son los hijos que alguien le alquiló”.
De visita en los Estados Unidos hasta el venidero mes de septiembre y después de apreciar como viven los infantes en varios países del mundo, Yosmani Acosta piensa que en Cuba quedan todavía muchas cosas para proteger a los niños.
La cinta cubana Pablo fue galardonada en las categorías de mejor director y mejor actor secundario en el Festival de Cine de Nueva York.