Que se sepa, el gobierno de La Habana es el único país del mundo que vende materiales de construcción y alimentos a sus damnificados.
Por eso, causó estupor la venta de la llamada "comida elaborada", ofrecida en Cuba los primeros días luego del huracán Irma, que en realidad era congrí, en la versión caribeña de las ollas populares, que se crean gratis para alimentar a los necesitados luego de una catástrofe natural.
Es que ni en las otras naciones caribeñas golpeadas por huracanes, ni países afectados por terremotos, inundaciones o deslaves se comercia con la miseria del pueblo, agobiado por desastres.
Ayuda que llega
En estos momentos, le llueven los millones en ayuda al gobierno cubano. Entre otros, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) entregará a La Habana 1,5 millones de dólares en alimentos; y otros 5,7 en asistencia alimentaria para los afectados por el devastador huracán Irma. El anuncio lo hizo el propio Director Ejecutivo de ese organismo, quien se encuentra en Cuba, David Beasley.
¿A dónde van a parar estos y otros millones en ayuda, proporcionados por instituciones y gobiernos al régimen cubano para aliviar a los desamparados en sus pérdidas materiales?
Más de las tres cuartas partes del territorio han resultado afectadas por el huracán Irma, que cruzó la isla en diagonal el sábado 9 de septiembre destruyéndolo todo a su paso.
Hay indignación en la población por el hecho que nadie de la cúpula gobernante se presentara en los lugares más castigados por el enorme huracán. Raúl Castro no se ha aparecido en ningún municipio, ciudad o provincia, incluida la capital.
Tuvo que transcurrir toda una semana para que se produjera la primera visita oficial de las autoridades a uno de los lugares más afectados.
Fue el miembro del Buró Político del Partido Comunista, General de Cuerpo de Ejército, Ramón Espinosa Martín, viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) quien recorrió el sábado el norteño municipio de Esmeralda, provincia de Camagüey.
Los visitantes determinaron de inmediato, que había que ocupar todos los deshechos para la construcción de viviendas para los damnificados afectados por derrumbes totales. A siete días del desastre, ordenaron que se iniciaran refugios "a partir del rescate de madera rolliza de los árboles derribados y tablas de la palma real".
Además se precisó que comisiones vayan casa por casa destruida y entreguen una planilla al damnificado, con copia a la Empresa de Comercio, para la entrega del recurso.
Y aquí viene la parte increíble, en una nación azotada por la desgracia:
El General Espinoza dejó en manos de los Consejos de la Administración Municipales definir las formas de pago, y en ello se incluyen las familias ubicadas en facilidades temporales, a quienes se les entregará un módulo con planchas de fibroasfalto, puntillas, arena y cemento.
Agrega una nota informativa de la prensa oficialista cubana: "se establece que estos desembolsos a la hora de adquirir los recursos pueden ser por créditos bancarios, en efectivo o a través de subsidios.
Concluye la nota: " En aras de buscar soluciones ágiles se crearán puntos de venta de materiales en todos los municipios, exclusivamente para facilitar los recursos a los damnificados, los cuales tendrán al frente un representante de Comercio.
Sólo en Cuba -y en su satélite, Venezuela- se puede producir la venta de alimentos y otras ayudas, a la población desesperada.