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Smithsonian cancela ambicioso proyecto con Cuba


David J. Skorton, Secretario del Instituto Smithsonian, durante su visita a Cuba en abril pasado.
David J. Skorton, Secretario del Instituto Smithsonian, durante su visita a Cuba en abril pasado.

Los funcionarios de Cuba, los de un nivel más alto en el gobierno que Collazo, nunca respondieron a la versión final del contrato, dijo Linda St. Thomas, portavoz en jefe del Smithsonian.

El Instituto Smithsonian canceló un ambicioso plan para mostrar la cultura cubana en el Mall de Washington durante el Folklife Festival de 2017, porque los negociadores no pudieron ponerse de acuerdo con las autoridades de la isla sobre el contrato que regirá todos los aspectos del evento, dijo este sábado The Washington Post.

Después de exhaustivos preparativos por parte de académicos cubanos y estadounidenses que comenzaron hace más de una década, y que culminaron en esfuerzos de última hora para volver a redactar un memorando de entendimiento durante la pasada primavera, el documento quedó sin firmar a finales del mes pasado.

"El Smithsonian y Cuba no han podido finalizar un plan claro para el próximo verano", dijo Michael Atwood Mason, director del Centro Smithsonian de Arte Popular y Patrimonio Cultural, el 22 de septiembre, a su homólogo cubano, Gladys Collazo Usallán, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.

"Puesto que ahora tenemos menos de nueve meses hasta el festival, ya no es factible pensar en producir un programa memorable para el festival de 2017", señaló Mason, según el Washington Post.

Los funcionarios de Cuba, los de un nivel más alto en el gobierno que Collazo, nunca respondieron a la versión final del contrato, dijo Linda St. Thomas, portavoz en jefe del Smithsonian.

Collazo en La Habana, y los funcionarios de la Embajada de Cuba en Washington, no respondieron a solicitudes de comentarios, dijo el Washington Post.

Pero este no es el primer problema que surge en los llamados intercambios culturales entre ambos países alentados por la administración Obama.

En agosto pasado, cuando el Museo de Arte del Bronx buscaba ampliar su alcance más allá de la ciudad de New York con un nuevo edificio, una política de libre admisión y ambiciosos proyectos de atractivo internacional, incluyendo varios proyectos en Cuba, ocurrió que en el caso de la isla fue demasiado lejos, preocupando a las autoridades locales por su plan de gastar $ 2.5 millones en crear una réplica de una escultura de José Martí, el líder revolucionario cubano, y un intercambio de obras de arte con La Habana.

En una gran sacudida, en que renunciaron dos altos funcionarios junto a otros cuatro miembros del consejo de administración, las autoridades criticaron a la institución argumentando que algunos de esos proyectos en Cuba han traicionado su misión local.

"Estamos alarmados por la gravedad de estos problemas, y por la falta de un mecanismo imparcial para su resolución", dijeron entonces Laura Blanco, la presidenta de la junta del Museo del Bronx, y Mary Beth Mandanas, la vicepresidenta, en un mensaje de correo electrónico en el que notificaron su renuncia al resto de la junta.

Estados Unidos ha financiado el intercambio de visitas de artistas del espectáculo cubanos y estadounidenses como parte del proceso de acercamiento entre los dos países, según informó en abril pasado desde La Habana una alta funcionaria norteamericana.

"Es la primera vez que el Gobierno estadounidense va a proveer apoyo financiero para este intercambio", dijo Jane Chu, presidenta de la Fundación Nacional para las Artes de Estados Unidos, durante la visita a la isla de una delegación estadounidense de la que formó parte David J. Skorton, Secretario del Instituto Smithsonian.

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