The New York Times reporta que a casi dos años de iniciarse en Cuba cambios dirigidos a reducir las nóminas estatales y reforzar la iniciativa privada, las reformas se han desacelerado tanto que empresarios e intelectuales están cuestionando la capacidad y la voluntad de los gobernantes para remodelar el país.
Agrega que quienes esperaban mayores oportunidades para la empresa privada se toparon con lo contrario la semana pasada, cuando el gobierno anunció fuertes aranceles aduaneros a las importaciones informales desde Miami y otros lugares que resultan vitales para muchos nuevos negocios.
El Times apunta que a medida que ha crecido el sector privado, también lo ha hecho la avalancha de mercancías que entra a Cuba cada día en maletas y paquetes, enviados principalmente de Panamá, Ecuador, Estados Unidos y España, pues sin acceso a un mercado mayorista, los cubanos recurren para todo a sus amigos, familiares y las llamadas mulas.
Emilio Morales, presidente del Havana Consulting Group, con sede en Miami, comentó al diario neoyorquino que las tiendas de propiedad estatal en Cuba estaban perdiendo clientes frente a los vendedores particulares, lo cual a su juicio demuestra que el Estado no está preparado para competir con el sector privado.
Karina Gálvez Choo, profesora de Finanzas de la Escuela de Economía de Pinar del Río, dijo a martinoticias.com que “la escasez es tanta que la competencia no es lo que más le interesaría al Estado sino el espacio que se van ganando los cuentapropistas; el espacio dentro de la economía cubana (…) ese espacio en un sistema totalitario es yo creo, lo peor que podría pasarle al Gobierno”.
Gálvez Choo agregó que el principal objetivo que persigue el Gobierno con las restricciones aduaneras “es que los cuentapropistas tengan más dificultades para adquirir mercancías”.
Agrega que quienes esperaban mayores oportunidades para la empresa privada se toparon con lo contrario la semana pasada, cuando el gobierno anunció fuertes aranceles aduaneros a las importaciones informales desde Miami y otros lugares que resultan vitales para muchos nuevos negocios.
El Times apunta que a medida que ha crecido el sector privado, también lo ha hecho la avalancha de mercancías que entra a Cuba cada día en maletas y paquetes, enviados principalmente de Panamá, Ecuador, Estados Unidos y España, pues sin acceso a un mercado mayorista, los cubanos recurren para todo a sus amigos, familiares y las llamadas mulas.
Emilio Morales, presidente del Havana Consulting Group, con sede en Miami, comentó al diario neoyorquino que las tiendas de propiedad estatal en Cuba estaban perdiendo clientes frente a los vendedores particulares, lo cual a su juicio demuestra que el Estado no está preparado para competir con el sector privado.
Karina Gálvez Choo, profesora de Finanzas de la Escuela de Economía de Pinar del Río, dijo a martinoticias.com que “la escasez es tanta que la competencia no es lo que más le interesaría al Estado sino el espacio que se van ganando los cuentapropistas; el espacio dentro de la economía cubana (…) ese espacio en un sistema totalitario es yo creo, lo peor que podría pasarle al Gobierno”.
Gálvez Choo agregó que el principal objetivo que persigue el Gobierno con las restricciones aduaneras “es que los cuentapropistas tengan más dificultades para adquirir mercancías”.