La falta de un mercado mayorista maderero, la corrupción de muchos guardabosques y el descontrol de las autoridades de la Empresa Forestal han propiciado el crecimiento de la tala clandestina de los bosques cubanos.
Los planes de reforestación se hacen insuficientes cuando no se ataca el bandalismo de los llamados "hacheros" que arrasan con los robles, cedros, tecas y caobas cubanas. La multa de doscientos pesos cubanos por cada árbol talado no los atemoriza cuando pueden vender el pie de madera a 15 pesos.
A pesar de que la prensa oficalista llama a reforestar el territorio nacional muchos cubanos no sienten optimismo con que haya avances porque no es la primera vez que hacen campañas para plantar miles de árboles y una vez que crecen, son talados por los cortadores furtivos, señala la veterinaria Inalkys Rodríguez residente en Najasa, Camagüey.
La joven se queja de que rara vez la prensa habla de sanciones a los encargados de cuidar los bosques. "Siguen desapreciendo del campo los robles, cedros, tecas, caobas, entre otras maderas", asegura la joven.
Henri Constantin residente en Camagüey y autor del blog Reportes de Viajes ha recorrido diferentes zonas protegidas del territorio nacional y hace unos unos meses expreso en el post Do not enter sus impresiones del viaje que hiciera a La Mesura (una elevación de casi un kilómetro de alto situada en la parte oriental de la provincia de Holguín) que ha sido muy dañada por la acción inescrupulosa de los leñadores.
Es notable el nivel de deforestación, pues los pinares que cubren la montaña son jóvenes y no se ve la tupida y húmeda vegetación boscosa que suele cubrir las sierras en Oriente.
"Ver una sierra cubierta de hierbas y con muy pocos árboles es un espectáculo muy triste", lamentó Constantin.
Las personas que talan furtivamente van al monte con motosierras, cortan los árboles, los talan y transportan los listones de madera hasta las carpinterías y los guardabosques parecen no estar enterados del robo, dice Constantíin.
En el Area Protegida Cubanacán, en Villa Clara, los guardabosques permiten la tala furtiva porque saben que después les "pasan dinero" para comprar el silencio, dijo Pedro, campesino cubano que por estos días de visita Miami.
"La corrupción ha invadido todos los sectores y nada más que los árboles crecen, los cortan", apuntó el campesino.
Los encargados de que se cumplan las leyes forestales son los guardabosques.
Su trabajo es recorrer las áreas boscosas, chequear si los hacheros tienen un permiso del Instituto Nacional de Desarrollo y Aprovechamiento Forestal y reportar los casos de infracciones a las oficinas municipales encargadas del medio Ambiente.
Las oficinas de la Empresa Forestal Integral en cada territorio son encargadas de monitorear el cumplimiento de las leyes del cuidado y conservación del medio ambiente y por ende la flora y la fauna.
A ellas les corresponde decidir cuándo y por qué se puede talar un árbol aún cuando las plantas estén en una finca propiedad de un campesino o en un terreno estatal sin embargo el periodista independiente José Ramón Borges considera que tampoco ese lugar se escapa del soborno.
En un recorrido que hizo el comunicador hace apenas dos semanas por la Granja Las Cuabas, en el macizo montañoso Guamuhaya, que antes se distinguía por la cantidad de cedros y otras maderas preciosas, encontró un espectáculo desolador: "tocones de cedros y a veces no quedan ni las huellas en la tierra del lugar donde crecieron".
El comunicador lamentó que la zona fue reforestada en la década del 90 y nada más que crecieron los árboles “volvieron los cortadores furtivos y ya no queda nada".
La Ley Forestal en Cuba impone “una multa de entre 200 y 1.000 pesos cubanos (equivalente a 8 y 40 dólares) a la persona que sin permiso oficial tale cualquier árbol, pero en lo que va de año la prensa cubana no ha reportado reportado sanciones a guardabosques ni a oficinas de la Empresa Forestal Integral.
En un recorrido por la finca Las Cuabas carca de la localidad de Cabaiguán el periodista independiente José Ramón Borges recogió imágenes de la zona donde es notable la tala indiscriminda de bosques.
Los planes de reforestación se hacen insuficientes cuando no se ataca el bandalismo de los llamados "hacheros" que arrasan con los robles, cedros, tecas y caobas cubanas. La multa de doscientos pesos cubanos por cada árbol talado no los atemoriza cuando pueden vender el pie de madera a 15 pesos.
A pesar de que la prensa oficalista llama a reforestar el territorio nacional muchos cubanos no sienten optimismo con que haya avances porque no es la primera vez que hacen campañas para plantar miles de árboles y una vez que crecen, son talados por los cortadores furtivos, señala la veterinaria Inalkys Rodríguez residente en Najasa, Camagüey.
La joven se queja de que rara vez la prensa habla de sanciones a los encargados de cuidar los bosques. "Siguen desapreciendo del campo los robles, cedros, tecas, caobas, entre otras maderas", asegura la joven.
Henri Constantin residente en Camagüey y autor del blog Reportes de Viajes ha recorrido diferentes zonas protegidas del territorio nacional y hace unos unos meses expreso en el post Do not enter sus impresiones del viaje que hiciera a La Mesura (una elevación de casi un kilómetro de alto situada en la parte oriental de la provincia de Holguín) que ha sido muy dañada por la acción inescrupulosa de los leñadores.
Es notable el nivel de deforestación, pues los pinares que cubren la montaña son jóvenes y no se ve la tupida y húmeda vegetación boscosa que suele cubrir las sierras en Oriente.
"Ver una sierra cubierta de hierbas y con muy pocos árboles es un espectáculo muy triste", lamentó Constantin.
Las personas que talan furtivamente van al monte con motosierras, cortan los árboles, los talan y transportan los listones de madera hasta las carpinterías y los guardabosques parecen no estar enterados del robo, dice Constantíin.
En el Area Protegida Cubanacán, en Villa Clara, los guardabosques permiten la tala furtiva porque saben que después les "pasan dinero" para comprar el silencio, dijo Pedro, campesino cubano que por estos días de visita Miami.
"La corrupción ha invadido todos los sectores y nada más que los árboles crecen, los cortan", apuntó el campesino.
Los encargados de que se cumplan las leyes forestales son los guardabosques.
Su trabajo es recorrer las áreas boscosas, chequear si los hacheros tienen un permiso del Instituto Nacional de Desarrollo y Aprovechamiento Forestal y reportar los casos de infracciones a las oficinas municipales encargadas del medio Ambiente.
Las oficinas de la Empresa Forestal Integral en cada territorio son encargadas de monitorear el cumplimiento de las leyes del cuidado y conservación del medio ambiente y por ende la flora y la fauna.
A ellas les corresponde decidir cuándo y por qué se puede talar un árbol aún cuando las plantas estén en una finca propiedad de un campesino o en un terreno estatal sin embargo el periodista independiente José Ramón Borges considera que tampoco ese lugar se escapa del soborno.
En un recorrido que hizo el comunicador hace apenas dos semanas por la Granja Las Cuabas, en el macizo montañoso Guamuhaya, que antes se distinguía por la cantidad de cedros y otras maderas preciosas, encontró un espectáculo desolador: "tocones de cedros y a veces no quedan ni las huellas en la tierra del lugar donde crecieron".
El comunicador lamentó que la zona fue reforestada en la década del 90 y nada más que crecieron los árboles “volvieron los cortadores furtivos y ya no queda nada".
La Ley Forestal en Cuba impone “una multa de entre 200 y 1.000 pesos cubanos (equivalente a 8 y 40 dólares) a la persona que sin permiso oficial tale cualquier árbol, pero en lo que va de año la prensa cubana no ha reportado reportado sanciones a guardabosques ni a oficinas de la Empresa Forestal Integral.
En un recorrido por la finca Las Cuabas carca de la localidad de Cabaiguán el periodista independiente José Ramón Borges recogió imágenes de la zona donde es notable la tala indiscriminda de bosques.