El gobernante Raúl Castro pidió este miércoles a su homólogo estadounidense Barack Obama que continúe usando órdenes ejecutivas para "desmantelar" aspectos del embargo económico, principal escollo en la "normalización" de las relaciones entre ambos países.
"Esperamos que (Obama) continúe usando sus facultades ejecutivas para desmantelar aspectos de esta política, que causa daños y privaciones a nuestro pueblo", dijo Castro al clausurar la primera sesión parlamentaria anual, según reporta la agencia de noticias AFP.
La prensa extranjera no tuvo acceso a esta sesión, la primera de las dos que celebra anualmente el parlamento cubano.
El embargo, establecido en 1962, solo puede ser derogado por el Congreso. Obama ya lo solicitó, pero sectores republicanos persisten en mantenerlo.
Ambos gobernantes anunciaron que el 20 de julio restablecerían relaciones y quedarían abiertas las embajadas en las respectivas capitales, después de más de medio siglo de ruptura.
Esa sería la conclusión de la "primera fase" del proceso iniciado el 17 de diciembre, cuando los dos Jefes de Estado anunciaron su voluntad de restablecer relaciones, dijo Castro. El 20 de julio "comenzará, entonces, una nueva etapa, larga y compleja, en el camino hacia la normalización de las relaciones, que requerirá voluntad para encontrar soluciones a los problemas que se han acumulado en más de cinco décadas y afectan los vínculos entre nuestros países y pueblos", añadió.
"Como hemos dicho, se trata de fundar un nuevo tipo de lazos entre ambos Estados, distintos a los de toda nuestra historia común", dijo Castro.
Reiteró sus condiciones para "normalizar las relaciones": Eliminar el "bloqueo" (embargo), la devolución del territorio de la base naval de Guantánamo, el cese de transmisiones radiales y televisivas de Estados Unidos hacia Cuba y la eliminación de programas de desestabilización, entre otros.
Sectores conservadores de Estados Unidos y del exilio cubano en ese país exigen a Obama frenar la relación con Cuba hasta que La Habana realice cambios políticos y en materia de Derechos Humanos.
"Cambiar todo lo que deba ser cambiado es asunto soberano y exclusivo de los cubanos", dijo Castro.
Su Gobierno "tiene la disposición de avanzar en la normalización de las relaciones, convencido de que ambos países podemos cooperar y coexistir civilizadamente, en beneficio mutuo, por encima de las diferencias que tenemos y tendremos, y contribuir con ello a la paz, la seguridad, la estabilidad, el desarrollo y la equidad en nuestro continente y el mundo", añadió.