Los pescadores cubanos han dejado de vender especies autóctonas de la isla como las biajacas y las biajaibas porque antes contababan con la preferencia popular porque han desaparecido de ríos y presas.
Dos pescadores residentes del Cajío, en Batabanó, zona costera al suroeste de Cuba, dijeron a un correponal de Inter Press Service que se pasan todo un día pescando y lo poco que consigue son 'biajaibas' (Lutjanus synagris) muy diminutas.
En el artículo, los pescadores se quejaron de que la tradición pesquera, alma de más de 577 asentamientos costeros de ese archipiélago caribeño, esté en inminente peligro de desaparición.
Datos oficiales de Cuba señalan que en 1962 en la isla se obtuvieron y liberaron un millón de crías de carpa, un millón de tilapias, 100 000 soles, además en Cayo Largo del Sur se estudió la posibilidad de adaptar la tilapia al agua salada para su posible utilización como carnada viva en la pesca del bonito.
Ante la demanda de alimentación en todo el país, el gobierno cubano incrementó la producción de tilapias. Para eso buscó asesoramiento de otros países con experiencia en la cria del pez de agua dulce y hasta mediados del 90 la tilapia se ofertaba en las calles y mercados del país. Sin embargo, a finales de 1990 y en los primeros años de este siglo han sido sustituidas por las tencas y clarias.
Jesus Arístides Hernández, de 43 años, residente en Santa Clara, dijo a martinoticias que antes pescaba tilapias, truchas y biajacas en la presa Minerva y los ríos cercanos, pero ahora no "coge nada".
Aimé Moya, de 36 años de edad y residente también en Santa Clara, dice que sólo ha visto las biajacas en los libros de Biología, "antes comía tilapia pero ahora ni eso venden en las pescaderías de Santa Clara".
Muchos recuerdan que por la década del ochenta las tilapias invadieron los estanques y presas en todo el país, hasta que llegó la claria a invadirlo todo.
Depredadora por excelencia, la claria se reprodujo vertiginosamente en los embalses cubanos y con las inundaciones y las aperturas de compuertas de represas, se desplazaron a ríos y arroyos y actualmente es el único pez que se puede encontrar en las aguas dulces del país.
La mayoría de la gente evitan comerla porque no les gusta el sabor, lo mismo sucede con la tenca, introducida en Cuba con el mismo fin que la claria. Ambas especies habitan en aguas lentas, preferentemente charcas y estanques, aunque se puede encontrar en zonas de mayor corriente, como los ríos. Ninguna cuenta cuenta con la preferencia de los consumidores y en muchas ocasiones la usan para hacer pienso y alimento para cerdos.
El sitio digital cubanaturaleza.org dice que la fauna cubana incluye 57 especies de peces de agua dulce, entre ellas la Biajaca (Nandopsis Tetracanthus), que es endémica y habita en ríos y arroyos de curso rápido, en desembocaduras y bahías a todo lo largo del territorio nacional de Cuba.
En 1985 se capturaron 78.000 toneladas de pescado en la plataforma submarina. Desde entonces, y con la crisis económica que comenzó en los años 90, el sector pesquero se redujo y se establecieron prohibiciones para áreas y especies con el fin de regular la pesca para evitar la desaparición de las especies.
Sin embargo, el pescador Jesús Arisitides Hernández asegura que lejos de haber más peces, cuando sale a pescar ya no cae nada en los anzuelos, la última vez que vio una biajaiba fue hace más de 12 años y está convencido de que se han extinguido.
Según informes oficialesde Cuba en 2012, toda la oferta de pescado, incluyendo la acuicultura, fue de 48.498 toneladas. De biajaiba solo se obtuvieron 1.694 toneladas, y de cherna, no hubo más que 26.
Dos pescadores residentes del Cajío, en Batabanó, zona costera al suroeste de Cuba, dijeron a un correponal de Inter Press Service que se pasan todo un día pescando y lo poco que consigue son 'biajaibas' (Lutjanus synagris) muy diminutas.
En el artículo, los pescadores se quejaron de que la tradición pesquera, alma de más de 577 asentamientos costeros de ese archipiélago caribeño, esté en inminente peligro de desaparición.
Datos oficiales de Cuba señalan que en 1962 en la isla se obtuvieron y liberaron un millón de crías de carpa, un millón de tilapias, 100 000 soles, además en Cayo Largo del Sur se estudió la posibilidad de adaptar la tilapia al agua salada para su posible utilización como carnada viva en la pesca del bonito.
Ante la demanda de alimentación en todo el país, el gobierno cubano incrementó la producción de tilapias. Para eso buscó asesoramiento de otros países con experiencia en la cria del pez de agua dulce y hasta mediados del 90 la tilapia se ofertaba en las calles y mercados del país. Sin embargo, a finales de 1990 y en los primeros años de este siglo han sido sustituidas por las tencas y clarias.
Jesus Arístides Hernández, de 43 años, residente en Santa Clara, dijo a martinoticias que antes pescaba tilapias, truchas y biajacas en la presa Minerva y los ríos cercanos, pero ahora no "coge nada".
Aimé Moya, de 36 años de edad y residente también en Santa Clara, dice que sólo ha visto las biajacas en los libros de Biología, "antes comía tilapia pero ahora ni eso venden en las pescaderías de Santa Clara".
Muchos recuerdan que por la década del ochenta las tilapias invadieron los estanques y presas en todo el país, hasta que llegó la claria a invadirlo todo.
Depredadora por excelencia, la claria se reprodujo vertiginosamente en los embalses cubanos y con las inundaciones y las aperturas de compuertas de represas, se desplazaron a ríos y arroyos y actualmente es el único pez que se puede encontrar en las aguas dulces del país.
La mayoría de la gente evitan comerla porque no les gusta el sabor, lo mismo sucede con la tenca, introducida en Cuba con el mismo fin que la claria. Ambas especies habitan en aguas lentas, preferentemente charcas y estanques, aunque se puede encontrar en zonas de mayor corriente, como los ríos. Ninguna cuenta cuenta con la preferencia de los consumidores y en muchas ocasiones la usan para hacer pienso y alimento para cerdos.
El sitio digital cubanaturaleza.org dice que la fauna cubana incluye 57 especies de peces de agua dulce, entre ellas la Biajaca (Nandopsis Tetracanthus), que es endémica y habita en ríos y arroyos de curso rápido, en desembocaduras y bahías a todo lo largo del territorio nacional de Cuba.
En 1985 se capturaron 78.000 toneladas de pescado en la plataforma submarina. Desde entonces, y con la crisis económica que comenzó en los años 90, el sector pesquero se redujo y se establecieron prohibiciones para áreas y especies con el fin de regular la pesca para evitar la desaparición de las especies.
Sin embargo, el pescador Jesús Arisitides Hernández asegura que lejos de haber más peces, cuando sale a pescar ya no cae nada en los anzuelos, la última vez que vio una biajaiba fue hace más de 12 años y está convencido de que se han extinguido.
Según informes oficialesde Cuba en 2012, toda la oferta de pescado, incluyendo la acuicultura, fue de 48.498 toneladas. De biajaiba solo se obtuvieron 1.694 toneladas, y de cherna, no hubo más que 26.