Cuba realizó en el 2013 aproximadamente cinco millones de consultas médicas de menos en comparación con el año anterior según reflejan datos del Anuario Estadístico de Salud y un informe recientemente entregado a los diputados cubanos.
El Ministro de Salud, Roberto Morales Ojeda, aseguró que este año se efectuaron en la isla unas 61 millones de consultas médicas, cifra inferior a las 66 millones reportadas en el 2012.
Mientras el reporte de la prensa oficialista habla de “rescatar los conceptos fundacionales del programa del Médico y el Enfermero de la Familia” y de un millón de personas de más atendidas en los consultorios, la diferencia negativa de cinco millones de casos dejó de reportarse en los Cuerpos de Guardia y otros centros que no pertenecen al sistema primario de salud, donde se encuentran generalmente los especialistas y los equipos de investigación.
El doctor Yasser Rojas, residente en La Habana, explica sobre las cifras oficiales que “quien va a ver al Médico de la Familia no va necesariamente por una consulta” sino por un Certificado, para una dieta o el trabajo, o por un resumen de una historia clínica o sencillamente a solicitar una receta. “Todos estos casos se incluyen en la hoja de cargo”, insiste.
Por su parte, la villaclareña, Damaris Moya, denuncia que en la actualidad existen varios consultorios de la ciudad vacíos “porque el médico se fue de misión o la enfermera” y entonces tienen que llegarse hasta otro que atiende a tres o cuatro consultorios al mismo tiempo.
De acuerdo con los datos ofrecidos a la Asamblea Nacional cubana mas de 21 mil médicos “se desempeñan en el exterior”, lo cual equivale aproximadamente a tres de cada diez en ejercicio.
Para Moya “la realidad de la vida comienza cuando usted entra a un hospital y se tiene que enfrentar a aquel medico malhumorado que si usted no lleva una jaba con un queso o con algún regalo” no lo atienden con las mismas atenciones.
La falta de recursos en las instalaciones sanitarias, traducidas en el lenguaje oficial como “un mayor empleo del método clínico”, ha sido otro de los puntos críticos del sistema de salud cubano.
Moya cita el caso de su abuela Lucía Ordóñez, quien falleció el mes pasado. Según el tacto de los médicos la causa de la muerte fue cirrosis hepática “pero esto nunca se puedo confirmar porque el TAC (Tomografía Accional Computarizada) en Santa Clara estaba roto”.
El Ministro de Salud, Roberto Morales Ojeda, aseguró que este año se efectuaron en la isla unas 61 millones de consultas médicas, cifra inferior a las 66 millones reportadas en el 2012.
Mientras el reporte de la prensa oficialista habla de “rescatar los conceptos fundacionales del programa del Médico y el Enfermero de la Familia” y de un millón de personas de más atendidas en los consultorios, la diferencia negativa de cinco millones de casos dejó de reportarse en los Cuerpos de Guardia y otros centros que no pertenecen al sistema primario de salud, donde se encuentran generalmente los especialistas y los equipos de investigación.
El doctor Yasser Rojas, residente en La Habana, explica sobre las cifras oficiales que “quien va a ver al Médico de la Familia no va necesariamente por una consulta” sino por un Certificado, para una dieta o el trabajo, o por un resumen de una historia clínica o sencillamente a solicitar una receta. “Todos estos casos se incluyen en la hoja de cargo”, insiste.
Por su parte, la villaclareña, Damaris Moya, denuncia que en la actualidad existen varios consultorios de la ciudad vacíos “porque el médico se fue de misión o la enfermera” y entonces tienen que llegarse hasta otro que atiende a tres o cuatro consultorios al mismo tiempo.
De acuerdo con los datos ofrecidos a la Asamblea Nacional cubana mas de 21 mil médicos “se desempeñan en el exterior”, lo cual equivale aproximadamente a tres de cada diez en ejercicio.
Para Moya “la realidad de la vida comienza cuando usted entra a un hospital y se tiene que enfrentar a aquel medico malhumorado que si usted no lleva una jaba con un queso o con algún regalo” no lo atienden con las mismas atenciones.
La falta de recursos en las instalaciones sanitarias, traducidas en el lenguaje oficial como “un mayor empleo del método clínico”, ha sido otro de los puntos críticos del sistema de salud cubano.
Moya cita el caso de su abuela Lucía Ordóñez, quien falleció el mes pasado. Según el tacto de los médicos la causa de la muerte fue cirrosis hepática “pero esto nunca se puedo confirmar porque el TAC (Tomografía Accional Computarizada) en Santa Clara estaba roto”.
