Desde Bratislava, capital de Eslovaquia, Ortelio Abrahantes, mayor del Ministerio del Interior de Cuba, concedió a Martí Noticias su primera entrevista a un medio de prensa desde que el 17 de marzo abandonó el centro de detención Carmichael Rd (Nassau, Bahamas), donde permaneció preso casi un año.
"La República de Eslovaquia me ha acogido como refugiado a propuesta de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, ACNUR", confirmó el militar.
Abrahantes asegura que tanto ACNUR como el Gobierno eslovaco tomaron en cuenta la "información que poseo en torno a la muerte de los opositores cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero".
"Por esta vía, quiero reiterar el llamado a la familia Payá para que me contacte, tengo mucho que aportar a este caso, pruebas convincentes que debo compartir con Ofelia Acevedo, viuda de Payá".
Abrahantes, de 43 años, alcanzó el grado de Mayor en el MININT y, al momento de abandonar Cuba en una embarcación en marzo 2014 por el norte de Camagüey, se desempeñaba como jefe provincial de transporte terrestre y marítimo del organismo de orden interior en Ciego de Ávila. Allí dejó a su esposa e hijos.
Ha sido sometido a rigurosos interrogatorios por parte de las autoridades eslovacas, según dijo, "están muy interesadas en lo que sé del aparato militar cubano, lo que conozco acerca de la participación del Gobierno de Cuba en el tráfico de drogas".
"Amigos confiables en el extranjero han mantenido a buen resguardo la evidencia que sustentará lo que la familia Payá ha denunciado: Que la Seguridad del Estado ocasionó el supuesto aparatoso accidente en el que murieron Payá y Cepero y que por lo menos Payá llegó con vida al hospital de Bayamo".
Abrahantes prefirió no hacer comentarios sobre qué pruebas específicamente tiene en su poder e indicó que las hará públicas en su momento. Preguntado sobre si tiene planes de viajar a Estados Unidos, dijo que "de inmediato no, pero puede haber sorpresas, todo es posible".
Por ahora, ya inició una nueva vida en Eslovaquia, que fue parte de la Checoslovaquia comunista "y que conoce la represión, la censura de libertades civiles, y los desmanes de la policía política que tuvo nexos estrechos con el régimen cubano".
El frío, la barrera del idioma, en fin, "son muchos los obstáculos a sortear, pero soy un hombre libre, y ojo, sin perder de vista los movimientos de la embajada de Cuba, la mano de los Castro es larga".