El portal Algemeiner.com publica un extenso artículo en el que cuenta la historia de dos mujeres judías de Estados Unidos que están planeando el primer viaje a Cuba que llevará comida kosher a la comunidad judía de la isla.
Marla Whitesman, de 47 años y residente en Flint, Michigan, confiesa que no estaba muy emocionada acerca de su primer viaje a Cuba en diciembre de 2000, pero lo hizo para complacer a su esposo, Barney, sin embargo, desde el momento en que puso un pie en la isla –dice- fue “herida" por todo lo relacionado con el país caribeño.
Miriam Saúl , de 64 años, de Atlanta, nació en Cuba pero se fue cuando tenía 11 años. Ella había regresado en diciembre de 2000 con su hermana y su hermano, los mismos días que Marla, aunque sus caminos nunca se cruzaron. Era su primera visita a su país natal en más de 40 años y a su regreso escribió y publicó acerca de la experiencia.
Marla cuenta que tiempo después decidió ayudar los judíos que vivían en Cuba y buscando en internet encontró el artículo de Miriam sobre su viaje, la contactó y se hicieron amigas.
Las mujeres se dieron cuenta de que la gente de ambos lados de la "brecha de 90 millas " entre Cuba y los EE.UU. estaba hambrientos de interacciones significativas.
El turismo no está permitido, pero los grupos de planificación de las visitas con fines religiosos, educativos, científicos o culturales puede solicitar una licencia de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de EE.UU. Los viajeros de estos viajes " “pueblo a pueblo " tienen estrictos límites de gastos y no pueden traer nada a cambio de Cuba que no sea arte y materiales informativos.
Ahora ambas mujeres, después de haber organizado muchos de estos viajes a la isla, llevarán comida kosher a Cuba.
Marla Whitesman, de 47 años y residente en Flint, Michigan, confiesa que no estaba muy emocionada acerca de su primer viaje a Cuba en diciembre de 2000, pero lo hizo para complacer a su esposo, Barney, sin embargo, desde el momento en que puso un pie en la isla –dice- fue “herida" por todo lo relacionado con el país caribeño.
Miriam Saúl , de 64 años, de Atlanta, nació en Cuba pero se fue cuando tenía 11 años. Ella había regresado en diciembre de 2000 con su hermana y su hermano, los mismos días que Marla, aunque sus caminos nunca se cruzaron. Era su primera visita a su país natal en más de 40 años y a su regreso escribió y publicó acerca de la experiencia.
Marla cuenta que tiempo después decidió ayudar los judíos que vivían en Cuba y buscando en internet encontró el artículo de Miriam sobre su viaje, la contactó y se hicieron amigas.
Las mujeres se dieron cuenta de que la gente de ambos lados de la "brecha de 90 millas " entre Cuba y los EE.UU. estaba hambrientos de interacciones significativas.
El turismo no está permitido, pero los grupos de planificación de las visitas con fines religiosos, educativos, científicos o culturales puede solicitar una licencia de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de EE.UU. Los viajeros de estos viajes " “pueblo a pueblo " tienen estrictos límites de gastos y no pueden traer nada a cambio de Cuba que no sea arte y materiales informativos.
Ahora ambas mujeres, después de haber organizado muchos de estos viajes a la isla, llevarán comida kosher a Cuba.