Cuba ha pospuesto hasta fines de abril sus planes para adoptar una nueva ley de inversión extranjera inicialmente prevista para marzo, debido a que se están ultimando los detalles del proyecto que deberá aprobar la Asamblea Nacional, dijo esta semana a diplomáticos un funcionario del Gobierno cubano.
El gobernante cubano Raúl Castro dijo en diciembre que se convocaría una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional (Parlamento) para aprobar en marzo la nueva ley de inversión extranjera.
Medios de comunicación estatales dijeron en las últimas semanas sin más explicaciones que la nueva ley se está discutiendo en secreto y se adoptaría en algún momento durante la primera mitad de este año.
El ministro cubano de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, informó sobre la adopción de la nueva ley en abril a la comisaria de Educación de la Unión Europea, Androulla Vassiliou, quien está de visita en la isla para un foro internacional, dijo un miembro de su delegación.
El aplazamiento fue confirmado también por varios diplomáticos occidentales que solicitaron el anonimato.
El gobernante Partido Comunista aprobó un plan de más de 300 reformas para modernizar la economía socialista en abril del 2011, que incluye el traspaso del 20 por ciento de la fuerza laboral del Estado a un sector no estatal que está formado por la pequeña empresa minorista, granjas, cooperativas agrícolas y otras empresas conjuntas.
Pero desde hace dos años, las autoridades cubanas han ido y venido en cuanto a si se debe modificar una ley de inversión lanzada en la década de 1990 o redactar una nueva con el objetivo de atraer las inversiones a la isla, cuyos niveles se encuentran muy por debajo de la de los países vecinos.
"Parece que ni siquiera Raúl ha sido capaz de romper el punto muerto en las altas esferas del Partido Comunista (...), donde ciertos principios revolucionarios y las prácticas burocráticas chocan con la necesidad desesperada para captar capital extranjero y tecnología", dijo Richard Feinberg, autor de una serie de estudios sobre las reformas cubanas y un alto miembro no residente del Brookings Institution.
Bajo la ley actual de inversión en Cuba, las empresas extranjeras pagan un impuesto sobre las ganancias del 30 por ciento y del 20 por ciento por el impuesto al trabajo, aunque este último está siendo reducido gradualmente.
La economía cubana creció un 2,7 por ciento el pasado año y se espera que se desacelerará en el 2014 debido a la falta de divisas para las importaciones y de capital para inversión. Economistas cubanos estiman que el país necesita crecer a una tasa de entre un 5 y un 7 por ciento para desarrollarse.
El gobernante cubano Raúl Castro dijo en diciembre que se convocaría una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional (Parlamento) para aprobar en marzo la nueva ley de inversión extranjera.
Medios de comunicación estatales dijeron en las últimas semanas sin más explicaciones que la nueva ley se está discutiendo en secreto y se adoptaría en algún momento durante la primera mitad de este año.
El ministro cubano de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, informó sobre la adopción de la nueva ley en abril a la comisaria de Educación de la Unión Europea, Androulla Vassiliou, quien está de visita en la isla para un foro internacional, dijo un miembro de su delegación.
El aplazamiento fue confirmado también por varios diplomáticos occidentales que solicitaron el anonimato.
El gobernante Partido Comunista aprobó un plan de más de 300 reformas para modernizar la economía socialista en abril del 2011, que incluye el traspaso del 20 por ciento de la fuerza laboral del Estado a un sector no estatal que está formado por la pequeña empresa minorista, granjas, cooperativas agrícolas y otras empresas conjuntas.
Pero desde hace dos años, las autoridades cubanas han ido y venido en cuanto a si se debe modificar una ley de inversión lanzada en la década de 1990 o redactar una nueva con el objetivo de atraer las inversiones a la isla, cuyos niveles se encuentran muy por debajo de la de los países vecinos.
"Parece que ni siquiera Raúl ha sido capaz de romper el punto muerto en las altas esferas del Partido Comunista (...), donde ciertos principios revolucionarios y las prácticas burocráticas chocan con la necesidad desesperada para captar capital extranjero y tecnología", dijo Richard Feinberg, autor de una serie de estudios sobre las reformas cubanas y un alto miembro no residente del Brookings Institution.
Bajo la ley actual de inversión en Cuba, las empresas extranjeras pagan un impuesto sobre las ganancias del 30 por ciento y del 20 por ciento por el impuesto al trabajo, aunque este último está siendo reducido gradualmente.
La economía cubana creció un 2,7 por ciento el pasado año y se espera que se desacelerará en el 2014 debido a la falta de divisas para las importaciones y de capital para inversión. Economistas cubanos estiman que el país necesita crecer a una tasa de entre un 5 y un 7 por ciento para desarrollarse.