Un cuarto de siglo después de levantar su emporio en La Habana Vieja, el casi mítico Eusebio Leal entrega a los militares de la isla una joya que le costará brillar en una economía que no consigue despegar.
Martí Noticias publicó varias notas con testimonios de empleados acerca del proceso de traspaso de varias instituciones, -entre ellas Habaguanex y el Banco Financieron Internacional-, al Grupo de Administración Empresarial (GAESA) perteneciente a las Fuerzas Armadas.
Expertos consultados por la agencia AP valoraron el potencial que tiene un sitio obligado para la mayoría de los visitantes que llegan a Cuba, desde Barack Obama y Madonna hasta los más anónimos turistas.
De la mano de Leal, la Oficina del Historiador se transformó en ente con autonomía presupuestaria. La estructura es atípica en un Estado fuertemente centralizado como el cubano.
Con su ingenio aportó desde la década de 1990 millonarios ingresos provenientes de centenares de negocios que le permitieron restaurar parte de La Habana Vieja.
Ahora entrega a los militares su poderosa empresa Habaguanex, que incluye unos 20 hoteles, más de 25 restaurantes y unas 30 tiendas.
"Cedo todo aquello que considero que debe estar en las condiciones actuales mejor enrutado", dijo Leal en entrevista con la agencia AP.
Empleados de la empresa consultados por Martí Noticias se han sentido "traicionados", mientras digieren que ahora deberán lidiar con los burócratas de las Fuerzas Armadas.
"Leal nos entregó en bandeja de plata", dijo un fundador de Habaguanex que pidió no ser identificado.
Muchos de los empleados que han trabajado por más de dos décadas lamentan la absorción de parte de los militares. Leal era esperado en algunos sitios donde solía tomar café y conversar con los empleados.
Crece malestar
La inconformidad es creciente entre los que asisten a un evento que no ha sido explicado, ni informado por medios locales o autoridades del país.
Empleados han sido advertidos incluso de que está prohibido hablar de los recientes cambios.
"Van a desguazar todo el sistema y lo absorberán mediante empresas de los militares que ya están funcionando: los hoteles y hostales pasarán a Gaviota; los restaurantes y cafeterías a Cimex y las tiendas de todo tipo a TRD", dijo un funcionario de la Oficina del Historiador.
El periódico estatal Trabajadores publicó el 28 de agosto pasado la queja de cinco empleados de la peluquería Nuevo Estilo, situada en La Habana Vieja, molestos debido a que el Gobierno Municipal ordenó su traslado.
En la carta, los cinco barberos alegan que ese sitio que tenían en arriendo lo había reparado con sus propios recursos.
“Ahora se pretende sacarnos de donde hemos creado condiciones, para otro local en el cual tendremos que realizar una nueva inversión (...) cabe preguntarse cómo lo podremos hacer si tenemos familias que mantener”, dijeron en la misiva cuyo reporte fue titulado "Peluqueros en apuros".
Pragmáticos expertos
Consultados por la agencia AP, analistas del tema cubano ofrecieron sus puntos de vista.
"GAESA está invirtiendo sabiamente en las áreas económicas más internacionales y lucrativas", comentó el experto Richard Feinberg, un ex funcionario estadounidense de la administración de Bill Clinton, profesor de política internacional en la Universidad de California en San Diego y autor del libro "Open for Business: The New Cuban Economy". Feinberg.
"Unas fuerzas armadas bien ubicadas no temerán el futuro. Por el contrario, probablemente apoyarán las reformas económicas visionarias que volverán a Cuba más eficiente y competitiva", expresó.
Algunos opinan incluso que por su ubicación sobre la bahía, será el epicentro de la llegada de cruceros estadounidense y de ferris de La Florida, como parte del deshielo entre los dos países.
"El área de La Habana Vieja y el Puerto de la Habana despunta como un espacio económico prometedor para el auge del turismo y el comercio inmobiliario en la próxima década, sin estar exento de fallas de corrupción asociadas a las nuevas posibilidades de reforma económica", manifestó a la AP el economista y analista cubano Arturo López-Levy, de la Universidad de Texas-Río Grade Valley.
"Se hace evidente que los militares disponen de una economía propia mucho más allá de los requerimientos de sus tareas profesionales de seguridad nacional", expresó el economista López-Levy.