LA HABANA (AP) — Las autoridades informaron el viernes que el incendio de grandes proporciones en una base de almacenamiento de combustible que durante una semana mantuvo a Cuba en vilo fue finalmente extinguido y que al ingresar en el predio siniestrado se encontraron restos óseos pertenecientes a cuatro personas.
El siniestro cobró hasta ahora la vida de seis bomberos y causó heridas a otras 132 personas, según el gobierno.
Una publicación en la cuenta de Twitter de la Presidencia de la República indicó que durante una reunión encabezada por el mandatario Miguel Díaz-Canel el viernes, los expertos señalaron que se había producido la "liquidación" del fuego, aunque señaló que se mantiene vigilancia sobre el lugar debido a la presencia de altas temperaturas e hidrocarburos derramados.
El ministro de Salud, José Ángel Portal, indicó por su parte que a partir de que las condiciones de seguridad mejoraron en la base de almacenamiento siniestrada entre el jueves y viernes, siete equipos de medicina legal pudieron ingresar, encontrándose los restos óseos.
El anuncio elevó a seis el número de decesos. El sábado se había encontrado el cuerpo de un bombero y la víspera falleció otro severamente afectado y bajo cuidados en un hospital. Las autoridades informaron a inicios de semana que habían 14 bomberos desaparecidos.
Las autoridades dijeron que un rayo que cayó sobre un tanque de combustible en la noche del 5 de agosto causó el gran incendio, que se propagó a otros tres contenedores en la Base de Supertanqueros de Matanzas, a unos 100 kilómetros al este de La Habana, la capital.
Bomberos mexicanos y venezolanos viajaron de emergencia a la isla para apoyar a sus pares cubanos. Varios helicópteros, aviones y camiones se utilizaron para luchar contra las llamas lanzando agua y espumas especiales para sofocarlas.
El complejo con ocho tanques --separados en dos baterías de a cuatro--, es una de las infraestructuras más importantes del sector pues de allí sale el crudo para surtir varias de las termoeléctricas que dan energía al país y recibe parte del combustible que se importa.
Durante días seguidos se pudo apreciar una densa nube negra de humo que incluso llegó arrastrada por el viento a La Habana. A medida que fue controlándose se develó el desolador paisaje: contenedores completamente arrasados, hierros retorcidos por las altas temperaturas, hollín y una capa de material negro y viscoso por todos lados.
Las autoridades no han cuantificado las pérdidas dejadas por el siniestro, que golpeó a la isla en momentos en que atraviesa una dura crisis económica con un notable impacto energético --los apagones duran horas y se suceden cada día--, ocasionada por la paralización de la pandemia y las sanciones de Estados Unidos, según las autoridades.
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