Cuba enciende sus alertas para el inicio, mañana, de la temporada de huracanes en la cuenca del Atlántico Norte, el Golfo de México y el Mar Caribe, un ciclo que se prevé que sea normal o de baja actividad, aunque los expertos insisten en "desmitificar" esos datos y estar preparados.
El Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet) divulgó en mayo un modelo que prevé un "comportamiento normal" con la formación de nueve tormentas tropicales y sólo cuatro posibles huracanes, pero su director, José Rubiera, resaltó a Efe que son cifras que "importan poco".
"Hay que desmitificar. Lo mismo da. Usted nunca sabe por dónde va a pasar un huracán y siempre hay que estar preparados", recalcó Rubiera.
Según el especialista, quien es doctor en Ciencias Meteorológicas y vicepresidente del Comité de Huracanes de la Región Cuarta de la Organización Meteorológica Mundial, los modelos anuncian una temporada menos activa "pero qué importa eso si es que un solo huracán puede ser un desastre".
De acuerdo con los científicos, en una temporada normal se forman como promedio once tormentas tropicales, seis de ellas llegan a convertirse en huracanes y, de estos, dos pueden ser fuertes, con una categoría 3 o superior en la escala Saffir-Simpson, cuyo nivel máximo es de 5.
El extremo occidental de Cuba, donde se ubican provincias como Pinar del Río, Artemisa y La Habana, capital y área más poblada con más de dos millones de habitantes, podría estar así más expuesto a los ciclones tropicales en las próximas semanas.
El último huracán devastador que sufrió Cuba, el "Sandy", tuvo lugar en octubre de 2012 y afectó varias provincias del este dejando 11 muertos y cuantiosos perjuicios en viviendas, cultivos e instalaciones eléctricas y de comunicaciones.
Otros ciclones recordados en los últimos años por su poder destructor son "Michelle" (2001), "Iván" (2004) y "Dennis" (2005), mientras que en 2008 el triple golpe de "Ike", "Gustav" y la tormenta "Paloma" impactaron severamente al país causando siete muertos y pérdidas cuantificadas en unos 10.000 millones de dólares.
La temporada huracanes en el Atlántico puede ser la más tranquila en 30 años
La cuenca atlántica afrontará a partir del domingo una temporada de huracanes que puede convertirse en la más tranquila en 30 años, debido al desarrollo del fenómeno de "El Niño" en el Pacífico, pero los expertos piden no bajar la guardia.
"Si se cumple el pronóstico, la temporada de 2014 puede convertirse en la más tranquila en 30 años o más", dijo a Efe Todd Kimberlain, científico y especialista del Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami.
La semana pasada la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (NOAA) difundió sus previsiones de cara a la temporada ciclónica en el Atlántico, que comienza el lunes, y afecta durante seis meses a Estados Unidos, el Caribe y México.
La NOAA vaticinó una temporada ciclónica menos activa de lo normal, con la formación de entre 8 y 13 tormentas tropicales, de las cuales entre 3 y 6 llegarían a huracanes, y uno o dos de ellos de categoría mayor.
En la pasada temporada de huracanes, que fue un "enigma" para los expertos, según la calificó Kimberlain, se formaron sólo dos huracanes, "Humberto" e "Ingrid", ambos de categoría 1, el mismo número que en 1982, y ningún huracán de categoría mayor, cuando lo normal es que se formen al menos dos.
Pero quiso alertar sobre el hecho de que se han experimentado temporadas de huracanes benévolas, en cuanto a la formación de fenómenos, que han resultado a la postre devastadoras. Como la registrada en 1992, cuando el huracán "Andrew" tocó tierra en el sur de Florida "causando muerte y catástrofe".
Preguntado por la posibilidad de que dos años tan tranquilos signifique el fin de un ciclo o el cambio de un patrón climático, Kimberlain reconoció que es "muy difícil sostener con certeza que sea eso lo que está pasando", aunque, apuntó, "parece que existen posibilidades de que esté ocurriendo un cambio de ciclo".
El Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet) divulgó en mayo un modelo que prevé un "comportamiento normal" con la formación de nueve tormentas tropicales y sólo cuatro posibles huracanes, pero su director, José Rubiera, resaltó a Efe que son cifras que "importan poco".
"Hay que desmitificar. Lo mismo da. Usted nunca sabe por dónde va a pasar un huracán y siempre hay que estar preparados", recalcó Rubiera.
Según el especialista, quien es doctor en Ciencias Meteorológicas y vicepresidente del Comité de Huracanes de la Región Cuarta de la Organización Meteorológica Mundial, los modelos anuncian una temporada menos activa "pero qué importa eso si es que un solo huracán puede ser un desastre".
De acuerdo con los científicos, en una temporada normal se forman como promedio once tormentas tropicales, seis de ellas llegan a convertirse en huracanes y, de estos, dos pueden ser fuertes, con una categoría 3 o superior en la escala Saffir-Simpson, cuyo nivel máximo es de 5.
El extremo occidental de Cuba, donde se ubican provincias como Pinar del Río, Artemisa y La Habana, capital y área más poblada con más de dos millones de habitantes, podría estar así más expuesto a los ciclones tropicales en las próximas semanas.
El último huracán devastador que sufrió Cuba, el "Sandy", tuvo lugar en octubre de 2012 y afectó varias provincias del este dejando 11 muertos y cuantiosos perjuicios en viviendas, cultivos e instalaciones eléctricas y de comunicaciones.
Otros ciclones recordados en los últimos años por su poder destructor son "Michelle" (2001), "Iván" (2004) y "Dennis" (2005), mientras que en 2008 el triple golpe de "Ike", "Gustav" y la tormenta "Paloma" impactaron severamente al país causando siete muertos y pérdidas cuantificadas en unos 10.000 millones de dólares.
La temporada huracanes en el Atlántico puede ser la más tranquila en 30 años
La cuenca atlántica afrontará a partir del domingo una temporada de huracanes que puede convertirse en la más tranquila en 30 años, debido al desarrollo del fenómeno de "El Niño" en el Pacífico, pero los expertos piden no bajar la guardia.
"Si se cumple el pronóstico, la temporada de 2014 puede convertirse en la más tranquila en 30 años o más", dijo a Efe Todd Kimberlain, científico y especialista del Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami.
La semana pasada la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de EE.UU. (NOAA) difundió sus previsiones de cara a la temporada ciclónica en el Atlántico, que comienza el lunes, y afecta durante seis meses a Estados Unidos, el Caribe y México.
La NOAA vaticinó una temporada ciclónica menos activa de lo normal, con la formación de entre 8 y 13 tormentas tropicales, de las cuales entre 3 y 6 llegarían a huracanes, y uno o dos de ellos de categoría mayor.
En la pasada temporada de huracanes, que fue un "enigma" para los expertos, según la calificó Kimberlain, se formaron sólo dos huracanes, "Humberto" e "Ingrid", ambos de categoría 1, el mismo número que en 1982, y ningún huracán de categoría mayor, cuando lo normal es que se formen al menos dos.
Pero quiso alertar sobre el hecho de que se han experimentado temporadas de huracanes benévolas, en cuanto a la formación de fenómenos, que han resultado a la postre devastadoras. Como la registrada en 1992, cuando el huracán "Andrew" tocó tierra en el sur de Florida "causando muerte y catástrofe".
Preguntado por la posibilidad de que dos años tan tranquilos signifique el fin de un ciclo o el cambio de un patrón climático, Kimberlain reconoció que es "muy difícil sostener con certeza que sea eso lo que está pasando", aunque, apuntó, "parece que existen posibilidades de que esté ocurriendo un cambio de ciclo".