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Diputados de Plaza de la Revolución: un botón de muestra


Elecciones a la Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba.
Elecciones a la Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba.

En la panadería del barrio están expuestos los nombres, fotos y biografías de seis de esos ciudadanos que ya tienen su asiento asegurado en la Asamblea Nacional o Provincial.

Reinaldo Escobar es un flaco largo y pelú. Dice tener más de sesenta años, aunque muchos de treinta quisieran tener su vitalidad. Una de sus tesis más claras para rebatir el proceso eleccionario cubano es, ¿dónde están las opiniones políticas de los diputados? ¿Qué piensan esos elegidos, designados o como se les pueda llamar, de temas tan acuciantes como la dualidad monetaria, el servicio militar obligatorio, u otra infinidad de asuntos?

En la panadería del barrio, situada en la intersección de las calles Calzada y C, en el Vedado habanero, están expuestos los nombres, fotos y biografías de seis de esos ciudadanos que ya tienen su asiento asegurado en la Asamblea Nacional o en la Asamblea Provincial, pues cada nominación tiene un asiento asignado.

Maritza Marquetti (39 años, secretaria), Bárbara Doval (46, Periodista), Fernando Cisneros (56, paramilitar), Silvia Oltuski (49, Directora Municipal de Educación), Mariela Castro Espín (50, Directora del CENESEX) y Rolando González Patricio (48, Rector del ISA), integran la lista de diputados y asambleístas ya seleccionados que los vecinos de mi barrio deberán ratificar.

Veamos la composición de género. Cuatro mujeres, tres de ellas altamente calificadas y vertebradas al sistema político. La hija del dictador Raúl Castro, inteligente, comunicadora, con experiencia internacional y entrenada en “palacio” sobre las artes de la política autoritaria. La periodista Doval repite como diputada, ex directora de un canal de televisión, inteligente, capaz y buena organizadora. La Directora Municipal de Educación, al parecer familia del otro Oltuski, recientemente fallecido, debe ser funcionaria obediente y capaz para sortear las dificultades de la educación en el municipio donde estudian los nietos de papá y los hijos de los nuevos ricos. Detrás queda sin dudas la secretaria, por mucho rango que se le quiera dar.

El municipio Plaza se podría caracterizar por la existencia de mujeres profesionales, capaces e independientes. Es muy probable que un estudio del voto, por parte de las encuestadoras del Comité Central comunista, tomara el dato en el momento de presentar las candidatas.

El tema de los hombres es diferente: un paramilitar, sin más mérito que servir como Teniente Coronel de tropas especiales del MININT. Especie de Rambo tropical, más preparado para matar contrarrevolucionarios y periodistas independientes, que para razonar y legislar en un parlamento.

El otro “candidato”, el rector del Instituto Superior de Arte, es un hombre culto y preparado para las discusiones. Dirigir la escuela con los alumnos más polémicos del país, es seguro un entrenamiento duro. No olvidar el video sobre una huelga de los alumnos por la mala alimentación en el centro y la actitud del rector hace un par de años atrás. Pero, ojo, González Patricio tiene una larga vida como burócrata, desde su graduación en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI)

La edad de los candidatos, ya elegidos por el distrito 2 del municipio Plaza, es de 48 años. Una edad excelente para tomar decisiones, por la madurez del individuo y el predominio de la racionalidad sobre la emocionalidad, pero…

No está claro si la segura diputada, Mariela Castro Espín, directora del CENESEX, esté interesada en defender los intereses de los ciudadanos heterosexuales, o solo se dedique a legislar en defensa de la comunidad homosexual, lo que la haría sectaria. Además, en una Cuba democrática, los integrantes del clan Castro Ruz deberán quedar impedidos a actuar en el servicio público hasta la cuarta generación, cuando menos.

Que un paramilitar sea elegido al Parlamento me parece una bofetada a cualquier pretensión democrática, y desnuda la esencia autoritaria del régimen. Lo mismo se puede pensar de la Directora Municipal de Educación o el Rector del ISA. ¿Dónde está la separación entre los poderes del Estado? ¿Quién cuestionará en el Parlamento el trabajo de dos funcionarios públicos, si ellos son parte del mismo?

De la secretaria, ni hablar. Pretender que una secretaria, un ponchero o un barrendero, como sucede en la Asamblea Nacional, puedan ser legisladores, no solo es evidencia el populismo de la dictadura. Es además una burla a las personas calificadas para esa responsabilidad y una forma de ridículo y humillante silencio por parte de los que se prestan para esa farsa.

Queda libre de la lista la periodista de la televisión oficial. ¿Votaría usted por ella?

Publicado en Cubanet el 29 de enero del 2013
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    Cortesía de Julio Aleaga Pesant

    Julio Antonio Aleaga, Granma, 1960, licenciado en Historia del Arte. Diplomado en Marketing Estratégico, y realizó una Maestría en Relaciones Políticas Internacionales, con una tesis sobre la Transición a la Democracia. Durante 10 años dirigió un equipo de publicidad, que desapareció a instancias de la policía política.
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