En las plenarias provinciales previas al VIII Congreso se acordó “expresar el compromiso de los escritores y artistas con las transformaciones económicas y sociales derivadas de la implementación de los Lineamientos adoptados por el Congreso del Partido”. Eso, y declaraciones de solidaridad con el gobierno de Nicolás Maduro.
En el congreso se pedirá más compromiso con la revolución, se exigirá el fin del “criminal bloqueo” y la libertad de “los tres héroes prisioneros del imperio” y luego, se hablará de lo planificado.Y si se habla un poco más, nadie dude que será “dentro de la revolución”.
Raúl Castro, Alicia Alonso, Miguel Barnet, los jóvenes deben seguir esperando
Total, pensarán muchos de los delegados, ¿de qué vale hablar de los problemas, si en vez de solucionarse, cada vez se agravan más?
Alguna vez el Máximo Líder dijo que la cultura era el escudo de la nación. Este Congreso, como el anterior, mostrará ese escudo lleno de melladuras y agujeros.
En este congreso volverá a haber un SOS desesperado por más financiamiento para la gestión cultural. Pero estos tiempos de Lineamientos y reacomodos son el peor momento para ese tipo de peticiones. ¿Quién convence a esta elite de mandamases, ambiciosa e iletrada, de que la cultura no se administra como una finca, una bodega o un timbiriche?
Este artículo fue publicado originalmente por Luis Cino en Cubanet el 11 de Abril de 2014.