Las medidas adoptadas por Estados Unidos que suavizan restricciones al comercio y los viajes a Cuba imponen a la isla el reto de adaptarse con rapidez a este nuevo escenario.
Desde ayer se autorizan intercambios comerciales de bienes básicos, material de construcción, equipos de telecomunicaciones o maquinaria agrícola; además de facilitar transacciones bancarias hasta ahora prohibidas y ampliar el límite para el envío de remesas, de 500 dólares a 2.000 dólares por trimestre.
Con el alivio de estas sanciones, prometidas por el presidente Barack Obama el 17 de diciembre, EE. UU. demuestra “seriedad” y “sinceridad” en esta nueva etapa de deshielo diplomático y “ponen la pelota en el tejado de Cuba”, según el economista Omar Everleny.
“Con estos cambios el Estado cubano va a tener más liquidez a corto plazo. Ahora le toca anunciar medidas para que eso se traduzca en mejoras para la población cubana y aumentar su poder adquisitivo”, afirmó a Efe el economista.
Para el especialista “es muy positivo” que los dos países inicien el diálogo para normalizar relaciones con “hechos concretos” que muestran la “voluntad” de ambas partes por cumplir sus compromisos. Cuba completó la liberación de 53 presos políticos que solicitó EE. UU.
El analista afirmó que los primeros que notarán el cambio serán los trabajadores por cuenta propia vinculados al turismo, como restaurantes o alojamientos hoteleros, ante el previsible aumento de visitantes estadounidenses.