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¿Divisa o moneda nacional?, dilema del cubano ante unificación monetaria


Una mujer muestra pesos cubanos (CUP) y pesos convertibles (CUC). AFP
Una mujer muestra pesos cubanos (CUP) y pesos convertibles (CUC). AFP

La falta de información sobre un proceso supuestamente inminente tiene en vilo al cubano de a pie, que en la mayoría de los casos depende de un ínfimo salario para sobrevivir.

Mientras esperan su turno en una barbería privada en la barriada del Cerro, José Antonio Laborde y Ángel Bencomo, dos apuntadores de “la bolita”— la lotería ilegal—,echan a suerte cuál será la moneda oficial en Cuba una vez que el Partido Comunista [PCC] decida, finalmente, poner fin a la dualidad monetaria.

Ambos reconocieron que apostaban desde la especulación y el divertimento pues en la isla, como aseguró Bencomo,“el pueblo no es partícipe de nada, no decide nada ni se le consulta nada”.

“Lo que el pueblo sabe son retazos de suposiciones o de interpretaciones a partir de los anuncios en el noticiero o en el Granma [diario oficial del PCC]”, agregó por su parte Laborde. “Más allá de eso lo único que nos queda es apostar cuál será: ¿dólar, CUC, o peso cubano?”

Angelina Guillén Chacón, especialista en finanzas que ocupa un cargo directivo en una sucursal del Banco Metropolitano, objetó que el incremento de las colas ante las oficinas de esta entidad sea consecuencia del pánico entre la población ante la anunciada reunificación monetaria.

“Muchas personas se han acercado a indagar, pero más desde la curiosidad, en busca de una información sobre cuándo y cómo ocurrirá el proceso”, explicó Guillén Chacón. “Quiénes sí están preocupados son los cuentapropistas y trabajadores acogidos al sistema de cooperativas, porque tienen cuentas bancarias de montos considerables”.

Las especulaciones ciudadanas en torno a cuál será la moneda oficial en la isla resurgieron el pasado 21 de diciembre, cuando el general Raúl Castro reconoció que el asunto de finiquitar la dualidad monetaria había tomado demasiado tiempo, quizás en alusión a que su gobierno había anunciado desde el 22 de octubre de 2013, el inicio de un cronograma para la eventual unificación monetaria y cambiaria.

Un funcionario del Consejo de la Administración Municipal [CAM] en Centro Habana y miembro del PCC, que prefirió hablar bajo condición de anonimato, señaló que la eventual eliminación de la doble moneda servirá únicamente para engrosar el listado de promesas que el gobierno ha ofrecido al pueblo en los últimos veinte años.

“No solo está devaluado el peso cubano, sino que también está devaluada la revolución en sí misma”, fustigó el funcionario en referencia a que las medidas paliativas implementadas durante la crisis económica de los noventa, como la introducción y circulación del peso cubano convertible [CUC], no representó un desarrollo significativo para la economía nacional.

“Aunque ningún miembro del Partido lo diría en público, sabemos que lo realmente útil que habría que hacer es unificar a todos los cubanos”, dijo el funcionario.

En el año 1994 el Banco Nacional de Cuba introdujo la circulación del CUC para facilitar las transacciones en divisas con un signo monetario propio, y para su aceptación en la red comercial de bienes y servicios que operaban en divisas.

Sin embargo, economistas cubanos como Dimas Castellanos han reconocido que la dualidad monetaria constituye un freno para el crecimiento, para la eficiencia de la economía y la equidad distributiva, e incluso para el perfeccionamiento empresarial. En opinión de Castellanos, tal dualidad provocó en consecuencia inestabilidad de la fuerza laboral, que emigra en busca de mejoras salariales, añadiendo las dificultades que genera para la medición del gasto de trabajo.

Preguntados sobre el impacto que tendría en la sociedad la unificación monetaria, especialmente en los grupos más vulnerables como los jubilados y núcleos familiares acogidos a programas de asistencia social, o los trabajadores estatales con bajos ingresos salariales, no pocos habaneros admitieron que la cuestión, más allá de lo económico, radica en la confianza.

“Como pueblo no tenemos confianza en quién será el próximo gobernante, así que muchísimo menos tenemos confianza en cuál será la moneda única oficial, y si esto traerá beneficios para los cubanos de a pie”, advirtió Magali Chacón, ama de casa y vecina de Marianao.

Quirino Reyes, operario en una empresa farmacéutica, coincidió en que los únicos beneficiados con la unificación monetaria, además de los militares y el sector privado, serán quienes reciben remesas del extranjero.

“Con los pocos quilos que tenía ahorrados abrí una cuenta de ahorros en dólares como me aconsejaron. En caso de una devaluación, los cambio en el extranjero ahora que cualquier cubano puede viajar”, dijo Reyes mientras aguardaba su turno en el Banco Metropolitano de Ayestarán y 20 de Mayo, en el municipio habanero del Cerro.

Respecto a las remesas, el economista Elías Amor afirmó recientemente que la posibilidad de que la ayuda monetaria que envían las familias en el extranjero a los cubanos de la isla pueda estimular el crecimiento económico del país, es ciertamente remota.

“Capitalizar las remesas en beneficio del ahorro y la inversión no es fácil en el modelo de planificación central y ausencia de derechos de propiedad impuesto en Cuba desde 1959 por la llamada revolución”, dijo Amor.

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