Fuerzas del régimen cubano mantenían este domingo por décimo día consecutivo un cerco a la sede del movimiento opositor Damas de Blanco, que enfrentaron durante toda la semana el asedio y las amenazas de la policía política.
La vigilancia a la sede de la organización, en la barriada de Lawton, en La Habana, ha sido permanente en los últimos días, según documenta el expreso político Ángel Moya Acosta, esposo de Berta Soler, líder del Movimiento Damas de Blanco, y uno de los activistas que acompaña al grupo opositor cada domingo en su intento de marchar pacíficamente por las calles de la ciudad.
Amenazas de prisión
La pasada semana, la Dama de Blanco Lismery Quintana fue sometida a un juicio sumario y sancionada a seis meses de cárcel por el impago de multas, impuestas en los últimos meses cuando salía a la calle a participar en la campaña Todos Marchamos. Quintana, enferma de Hepatitis B, fue trasladada a una cárcel en Sancti Spiritus, a más de 300 km de su hogar.
Junto a Quintana han sido multadas varias activistas del movimiento, y sobre todas pesa la amenaza de ir a prisión en las próximas semanas.
La acción contra Quintana podría ser el preludio de nuevos enjuiciamientos, puesto que varias Damas de Blanco han sido multadas en el pasado por situaciones similares, y según relató a Martí Noticias María Cristina Labrada, un oficial de la Seguridad del Estado le dijo el pasado domingo a una de ellas que "en la fila para encarcelar le seguían Maylen Díaz y luego yo".
Durante los días 28 y 29 de marzo, una representación del movimiento opositor femenino hizo entrega de un informe en varias embajadas de diferentes países en Cuba, en la Nunciatura Apostólica, en la sede de la Unión Europea y en dependencias del régimen como Fiscalía General de la Republica y el Consejo de Estado.
En el documento argumentan todas las acciones represivas contra ellas y sus familias, y detallan la forma en que las fuerzas policiales las acosan y arrestan cuando salen a realizar sus marchas opositoras.