Amnistía Internacional (AI) instó al gobierno comunista de Cuba a que libere "de manera inmediata" al preso político Jorge Cervantes García, quien fue trasladado a la prisión del Combinado del Este el pasado 3 de julio, pese a las malas condiciones en que quedó tras 39 días en huelga de hambre.
Cervantes, de 48 años y coordinador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) en Las Tunas, está preso desde el 23 de mayo. Antes de ser arrestado, denunció en la sede provincial del Partido Comunista lo que catalogó como acoso y hostigamiento contra su familia.
En el pasado ha expuesto hechos de corrupción de funcionarios estatales y ha sido acusado de supuesto desacato a la autoridad.
Familares denunciaron esta semana que no tenían comunicación con el opositor. Pero su esposa dijo el jueves a Radio Martí que conversó el miércoles por teléfono con Cervantes.
Actualmente está siendo asistido por médicos en la sala de reclusos del Hospital Nacional "Enrique Cabrera", en La Habana.
La Acción Urgente interpuesta por AI insta al gobierno de Raúl Castro a "poner en libertad de manera inmediata e incondicional a Jorge Cervantes, ya que es preso de conciencia, encarcelado exclusivamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión".
A su vez exige que ofrezca acceso adecuado a médicos "que lo atiendan conforme a la ética médica, incluidos los principios de confidencialidad, autonomía y consentimiento informado".
En la tercera demanda, el organismo pide a La Habana que garantice "acceso efectivo a su familia y a abogados de su elección, sin demora y con regularidad".
"Él está ahí injustamente": esposa
La esposa de Cervantes, Gretchel Alfonso, conversó con él este miércoles.
"Me dice que se encuentra en el Hospital Nacional, en la sala de penados (...) está allí haciéndose unos exámenes, unos chequeos por la mala salud que tiene, (afectaciones) en los riñones", dijo Alfonso.
El médico que asistió a Cervantes durante la huelga de hambre informó entonces que temía "un fallo renal" como consecuencia de la protesta.
Cervantes le sugirió a su esposa que no fuera al hospital a visitarlo "porque no le iban a dar visita". Le dijo que él avisaría cuando le indiquen que puede recibir a sus familiares, explicó Alfonso, quien agradeció la acción de Amnistía Intenacional.
"Él está ahí (preso) injustamente. Es muy bueno que ellos se estén solidarizando con Jorge, con la familia", explicó.
Amnistía Internacional denunció en su comunicado que las disposiciones del Código Penal cubano sobre desacato, resistencia a funcionarios públicos en el desempeño de su deber y desórdenes públicos se utilizan con frecuencia para reprimir el derecho a la libertad de expresión, reunión pacífica y asociación en Cuba.
"AI considera que las personas que ocupan cargos públicos deben tolerar más críticas que los individuos particulares. El uso de leyes sobre difamación penal con el fin o el efecto de impedir las críticas legítimas al gobierno o a cargos públicos viola el derecho a la libertad de expresión", dijo el texto.
"AI se opone a las leyes que prohíben el insulto o las expresiones de falta de respeto a jefes de Estado o figuras públicas, fuerzas armadas y otras instituciones públicas, o a banderas o símbolos (como las leyes sobre lesa majestad y desacato). Asimismo, se opone a las leyes que penalizan la difamación, ya sea de personalidades públicas o de particulares, ya que este tipo de actos deben ser competencia del derecho civil. Los cargos públicos no deben recibir asistencia o apoyo del Estado para entablar acciones judiciales por difamación", concluye el comunicado.
El caso de Cervantes disparó las alarmas del Secretario adjunto de Estado de EEUU para Latinoamérica, Francisco Palmieri, quien expresó días atrás su preocupación en la red social Twitter sobre la salud de Cervantes.
[Escrito por Rosa T. Valdés, con reporte adicional de Ivette Pacheco]