Los salideros de agua cuestan a Cuba 5 millones de dólares cada año, según indicaron medios locales que citaron al estatal Grupo Empresarial de Acueducto y Alcantarillado (GEAAL).
Cifras oficiales indican que la isla pierde unos 300 millones de metros cúbicos de agua potable por las redes hidráulicas domésticas, debido al mal estado de las redes.
Las pérdidas equivalen al 20 % del agua suministrada a los domicilios de la isla y representa un gasto de 10.000 toneladas de combustible destinadas a su bombeo y 4.500 toneladas de productos químicos empleados en su tratamiento, según explicó a medios Obdulio Casanova, director de GEAAL.
El directivo dijo que para promover el uso "racional y productivo" del agua,
el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) desarrolla un
programa de metraje en los sectores estatal y residencial.
Unos 573.128 hidrómetros has sido instalados en viviendas, lo que representa el 23,3 por ciento de los más de dos millones de núcleos familiares previstos, cifra que debe completarse para el año 2026.
Las fugas de agua que se producen dentro de las casas se debe en parte al deterioro de herrajes hidrosanitarios y grifos. La falta de financiación y materias primas impide la producción local de estos productos.
Para la mayoría de los cubanos es imposible adquirir piezas y herrajes que son comercializados generalmente en divisas.
La crisis del agua en Cuba llevó a la proclamación de la Ley de Aguas Terrestres, una norma jurídica que busca regular su uso. La normativa incluye por primera vez conceptos como productividad, reúso y reciclaje del agua, caudales ecológico y sanitario, empleo de tecnologías limpias y entrega en arrendamiento o usufructo de infraestructuras del patrimonio hidráulico estatal.
También prevé acciones para modificar artificialmente la disponibilidad de aguas terrestres mediante la desalinización de agua de mar, la siembra de lluvias o el trasvase entre cuencas hidrográficas.
[Con reporte de EFE, Agencia Cubana de Noticias y Archivo Martí Noticias]
